Nadal demostró que es humano

Entrada las primeras horas de la noche en Londres, Rafael Nadal se sentó en la sala de conferencia de prensa de Wimbledon. Un gesto serio acompañaba al español, que tenía enfrente una amplia audiencia que ya sabía de antemano que traía malas noticias. “Estoy aquí para decirles que me voy a retirar del torneo, porque tengo un desgarro en la zona abdominal”, explicó.

La molestia venía desde hace días, prácticamente desde que comenzó el torneo. En uno de sus primeros partidos se observó una cintas protectoras en la zona abdominal, que encendieron las alarmas.

Con el paso de los días mejoró y se quitó las protecciones en los últimos encuentros; aunque contra Taylor Fritz, el abdomen llegó a su límite. Se rompió en el cuarto juego del partido y a pesar que siguió hasta conseguir superar al estadounidense, el daño ya era demasiado grande e irreversible: un desgarro de 7 milímetros.

Nadal se pasó la noche del martes y ayer dando vueltas para saber qué decisión iba tomar. Por tercera participación consecutiva estaba en semifinales de Wimbledon, a dos partidos del Grand Slam que se le niega desde hace más tiempo (no lo gana de 2010). Y otra vez se marcha de la Catedral sin el trofeo. Esta vez no le paró Novak Djokovic, como en 2018, ni Roger Federer al año siguiente. Lo “eliminó” su propio cuerpo.

El español se marchó de Wimbledon con un récord de 19-0 en Grand Slams de esta temporada. Mantiene su impasibilidad de la manera más triste, sin poder luchar dentro de la cancha. Siete triunfos en Melbourne, siete en Francia y cinco en Londres.

Nadal se forzó hasta el límite. Tenía programado un entrenamiento en la pista 10 del All England, a la vista de todo el mundo, pero decidió refugiarse en un sector con acceso restringido.

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Ahí hizo un último intento. Ensayos saques, el golpe más complicado de hacer con el problema que arrastraba en el abdomen. Que lo probara parecía una buena señal, pero minutos después se anunció la conferencia de prensa, ya era un secreto a voces su retiro.

“La lógica, y después de hablar mucho con todo mi equipo de trabajo, me lleva a tomar una decisión que me costó mucho. Es lo que siento. Creo que tomo la determinación”, reflexionó Nadal.

Con esta derrota, ante su físico, no ante un rival, Nadal pone fin al sueño de conquistar los cuatro Grand Slam, un logro que sólo han conseguido en la historia Don Budge (1938) y Rod Laver (1962 y 1969).

De hecho, en la Era Abierta, sólo Novak Djokovic había sido capaz de llegar hasta este punto de la temporada, semifinales de Wimbledon, con posibilidades de conseguir el Grand Slam. El serbio lo hizo el año pasado, cuando terminó perdiendo en la final del US Open contra el ruso Daniil Medvedev.

Con el retiro de Rafa Nadal, Nick Kyrgios será la primera vez que dispute una final de un torneo de Grand Slam en singles; aunque ya ganó el Abierto de Australia en dobles durante esta temporada.

Kyrgios es de ascendencia griega y malaya. Nació en Canberra, Australia, hace 27 años, aunque actualmente reside en Melbourne.

El australiano salió del tenis, cuando conquistó el Abierto de Australia 2013 en categoría Junior y al año siguiente alcanzó los cuartos de final de Wimbledon, tras derrotar a Rafael Nadal con 19 años.

Ahora espera en la final, tranquilo, al ganador del choque entre el serbio Novak Djokovic y el crédito local, el británico Cameron Norris.