Forcejeó con un delincuente y evitó ser asaltada en su casa de Ringuelet

La mujer de 35 años relató el fatídico momento que vivió en su hogar. En tanto, solicitó más presencia policial. No es el primer robo

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Los vecinos de Ringuelet vienen denunciando en las últimas semanas una ola incontrolable de robos y ataques, a toda hora. En este marco, y un día después de tener una reunión para tratar estas problemáticas, una frentistas sufrió en carne propia un hecho delictivo que recordará toda su vida.

Magalí Bianchi (35) vive con su esposo y su hijo en una vivienda de 6 entre 509 y 510. La propiedad está ubicada al lado del terraplén donde descansan las vías del Tren Roca. En diálogo con EL DIA, la mujer contó que “los delincuentes se meten saltando el paredón”. No es la primera vez, pero esta ocasión fue realmente cruda.

La vecina se encontraba en su casa como cada mañana. Su esposo había salido a llevar a su hijo al jardín. Eran las 10, cuando la mujer comenzó a escuchar ruidos provenientes del patio. En ese momento, miró para afuera y vio que un sujeto “corpulento”, de entre “30 y 40 años”, se había metido a su hogar.

“El hombre estaba parado atrás del ventanal. Salí para defenderme y comenzamos a forcejear”, contó Magalí. Y agregó: “Logró romper la cerradura y hasta me produjo un golpe. Todavía me duele todo”.

Después del enfrentamiento, y producto de los gritos desesperados de la mujer, el intruso se fue por donde entró: “Es muy audaz, porque saltó el paredón de 3 metros y medio con mucha facilidad”, sostuvo.

Del sueño a la pesadilla

Luego de este intento de robo, Magalí aseguró que es la segunda vez que los ladrones la visitan en su casa. El anterior ilícito ocurrió hace tres semanas, cuando la casa todavía estaba en plena construcción.

En esa ocasión, aprovechando su ausencia, le robaron herramientas de los albañiles y otros elementos de trabajo. El botín fue de más de 300 mil pesos.

Por ese hecho, aseguró que tuvieron que apurar la mudanza para poder quedarse adentro de la propiedad y vigilar que “no volviera a ocurrir”.

“Somos una familia de laburantes que no nos sobra la plata. Después del robo de las herramientas tuvimos que reponerlas nosotros”, manifestó la mujer a este diario.

A su vez, comentó que no piensa irse del barrio, tras el esfuerzo que les implicó levantar las paredes de su hogar.

“Con mi marido siempre soñamos con la casa propia y nos costó muchísimo tenerla. Esperemos que esto se solucione pronto”, sostuvo.

Debido a la ola de inseguridad, el barrio se encuentra activo, realizando asambleas vecinales y reclamos. “Los vecinos estamos desesperados. Ayer participé de una asamblea y hoy me ocurre esto en mi casa y a plena luz del día. Es una pesadilla”, afirmó la damnificada, quien además radicó la correspondiente denuncia policial.

Según pudo saber este diario, los habitantes del barrio ya solicitaron la colocación de una garita policial en la esquina de 6 y 509, una cuadra complicada para la pronta llegada de patrulleros, ya que la calle termina en las vías y es de difícil acceso.

Incluso, esa circunstancia es aprovechada por los delincuentes, quienes cruzan los rieles a pie, roban en las viviendas y vuelven a cruzar el terraplén para emprender la fuga.

“Es una boca del lobo y una vía libre para los ladrones”, aseguró la vecina y solicitó más presencia policial. “Tiene que haber seguridad fija en la esquina, sino esto va a seguir pasando”.

En esa zona también se levantó una plaza, con juegos y cerco, los cuales no duraron mucho. “Se los fueron robando de a poco y quedó desmantelado”, contó Magalí.

Otras sospechas

Más allá de que este hecho fue caratulado como intento de robo, la Justicia le otorgará a la vecina un botón antipánico. “También se sospecha que el hombre es un depravado que intentó hacerme algo. Eso fue después de que les dije que no llegó a robarse nada. Estaban mi celular y otros objetos de valor sobre la mesa y no los robó”, sostuvo.

También en comercios

En la misma zona de Ringuelet donde hace exactamente un mes este diario reflejó el pedido de vecinos de tener otra comisaría por el sostenido asedio delictivo, se cometieron dos escruches en comercios y un intento robo en un tercero.

Los ataques en estos negocios se consumaron en 511 y 9, donde los ladrones (se sospechan que son menores de edad) vaciaron de dinero las cajas registradoras de una dietética y de un local de indumentaria femenina.

A su vez, también ingresaron a un estudio de arquitectura que funciona en la planta alta de esos comercios. Pero, en este caso, no alcanzaron a robar nada porque segundos antes se había activado la alarma del local de ropa.

Uno de los comercios donde actuaron los escruchantes es en el local de ropa femenina “Juz”, donde su dueña, que evitó ser identificada, le contó a EL DIA que “los ladrones se metieron por un patio trasero y luego de abrir una puerta de vidrio de ese sector del local, que no sé si había quedado trabada o no”.

Lo que sí tiene por certeza es que los autores del ilícito “estuvieron en mi negocio apenas dos minutos, ya que apenas entraron se activó la alarma”.

“Se quedaron entre las 3.50 y las 3.52 de la mañana”, precisó enseguida la comerciante. En esos 120 segundos, tuvieron tiempo únicamente para “robar los 1.000 pesos en cambio que habían quedado en la caja registradora”. Y reveló que “cuando empezó a sonar la alarma, quisieron apagarla. Pero como no lo consiguieron, directamente la arrancaron”.

Lo que no pudieron evitar los responsables del robo fue quedar filmados. Inclusive, un video mostró el rostro de uno de los jóvenes.

 

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