Frente a las escuelas, el paisaje habitual: doble fila

Con el reinicio de las clases volvió el embotellamiento en las calles de la Ciudad y, fundamentalmente, las próximas a los establecimientos educativos se convirtieron en un verdadero caos en los horarios de entrada y salida de los alumnos.

Más allá de todos los operativos que intentaron poner un poco de control en cuadras como diagonal 78, entre 5 y 6 o 57, entre 8 y 9, lugares en los que se concentra un buen número de establecimientos educativos del nivel inicial, primario y secundario, no se observó la presencia de inspectores que intentaran limitar el tiempo del estacionamiento de los autos en las características doble filas.

“Volvieron las clases y las calles lo saben”, dijo un taxista para graficar que se recuperó el ritmo habitual en el microcentro.

También se multiplicaron los bocinazos y las protestas en las zonas en las que el doble estacionamiento y padres con niños cruzando por cualquier lugar de la cuadra, motivó alguna frenada repentina y restó espacio para la circulación.

En algún momento se habló de que, por unos minutos, lo que tarda un niño en bajar de un auto, se permitiera la detención en doble fila, pero eso nunca se cumplió.

El problema no sólo afecta a las calles en las que están los colegios, sino que también a las cuadras más cercanas, algo que complica incluso a vecinos que deben hacer malabares para entrar a sus propios garajes.

Otro de los puntos que se puso oportunamente en estudio es el de crear especies de dársenas frente a las escuelas para que los autos se detuvieran y rápidamente siguieran su curso. La medida tampoco prosperó.

Entre las cuadras más complicadas están la avenida 44, entre 9 y 10 y entre 17 y 18 y calle 55, entre 9 y 10.

También estuvieron complicadas en cuanto a la circulación vehicular, calles como 47 desde diagonal 74 a 7 y los alrededores de calle 46 de 7 a diagonal 74.

En ese contexto, algunos automovilistas expresaron que el Municipio debe realizar acciones que mejoren el panoramas.