Tensión dentro y fuera de la sala de audiencias

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La sentencia de prisión a Lucas Puig se dio en un marco de creciente tensión, tanto en el interior de la sala de audiencias, como en las adyacencias del edificio de tribunales, ya que el docente contaba con apoyo de un nutrido grupo de compañeros, que se acercó con pancartas y banderas hasta la calle 8 entre 56 y 57, que debió ser cortada al tránsito vehicular.

Gritos, insultos y llantos fueron las primeras reacciones cuando la condena fue anunciada por los jueces Hernán Decastelli, Ramiro Fernández Lorenzo y Cecilia Sanucci.

Puig había sido absuelto en diciembre de 2015 por el Tribunal Oral en lo Criminal I de La Plata, pero con otra integración: Jorge Moya Panisello, Carmen Palacios Arias y Andrés Vitali, quienes, en votación dividida, se inclinaron por una absolución por el principio “in dubio pro reo” (en caso de duda hay que estar a favor del acusado).

Fue con la apelación de esa sentencia que el Tribunal de Casación bonaerense ordenó el nuevo debate, por el que la defensa interpuso distintos remedios judiciales a su progreso, aunque, uno a uno, todos fueron rechazados.

La investigación contra Puig se inició en 2010, cuando se lo imputó por el presunto abuso de dos niños de 3 y 4 años que concurrían al jardín de Los Hornos y que denunciaron que el profesor hacía una presunta exhibición de sus órganos genitales y sometía a los niños a “juegos” de fuerte contenido erótico.

 

Lucas Puig

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