Madrugada de terror para una funcionaria de La Plata: le entraron ladrones y se encerró en el baño

Una funcionaria de la Municipalidad de La Plata dormía en su vivienda de dos plantas en el barrio Hernández, cuando insistentes ruidos interrumpieron su descanso.

Eran las 5 de la mañana de ayer y, preocupada, se levantó de la cama. Se asomó al comedor y la imagen la estremeció: tres jóvenes pugnaban por abrir la puerta balcón de vidrio que comunica con el parque del fondo de esa propiedad, situada sobre la calle 137 del barrio Don Carlos.

En medio de su desesperación, María Botta (50), secretaria de Planeamiento, atinó a encerrarse en el baño de la planta baja. Desde allí, le contó horas después a este diario que aguardó -nerviosa y asustada- que los intrusos se dieran por fin a la fuga.

“Fueron 20 minutos interminables”, admitió ante EL DIA en su domicilio.

“LLAMÉ EN VOZ BAJA A UN VECINO”

Ya más tranquila, reveló que los delincuentes en ningún momento se percataron de que ella se encontraba en la vivienda. Y mucho menos que se había escondido en el baño.

Desde ese sector de la casa Botta contó que “llamé en voz baja a un vecino y al hombre que hace de rondín, con un auto particular, por el servicio que contratamos con una empresa de seguridad. a quien le pagamos quienes vivimos en el barrio”.

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Sus interlocutores se encargaron de comunicar la novedad a la Policía, que arribó en un móvil pocos minutos después que los asaltantes se dieran a la fuga.

En tal sentido, informó: “Me robaron 20.000 pesos, una Play Station y la cartera”.

Botta reconoció que la odisea para ella pudo haber resultado mucho peor, de no haber sido por la comprometida intervención del vecino con quien se comunicó telefónicamente.

“Es que enseguida activó la alarma vecinal, que tiene un sonido muy potente. Entonces, estos pibes decidieron irse antes de tiempo por el fondo de casa”, explicó.

De inmediato, citó que “la policía de Gonnet llegó a los 15 minutos de haberse ido estos chicos”, de quienes no logró precisar si eran menores o mayores de edad.

En cambio, alcanzó a ver que “tenían diferentes estaturas, pero todos usaban gorritas con visera”.

La funcionaria, desde donde se puso a resguardo de la banda, no alcanzó a escuchar diálogos entre los maleantes.

“En realidad, poquitas veces hablaron en los 20 minutos que estuvieron en casa. Ni que intuyeran que habría alguien oculto”, consignó luego.

“REFORCÉ LA SEGURIDAD”

Cabe mencionar que, cuando este diario llegó en la tarde de ayer a la vivienda de Botta, un herrero se encontraba realizando algunos trabajos en el inmueble.

Al respecto, la dueña de casa indicó: “Tuve que llamar al herrero para que me refuerce la seguridad de la casa, especialmente con un dispositivo más efectivo en la puerta-ventana por donde se metieron y luego escaparon”.

Asimismo, señaló que tras este episodio de inseguridad que la tuvo como damnificada, realizó la denuncia en la subcomisaría de Gorina, que tiene jurisdicción en el barrio Don Carlos, de Hernández, donde se cometió el ilícito.

Seguidamente, reflexionó que “terminó siendo mejor opción haber recurrido a un vecino, quien se encargó de hacer sonar un par de veces la alarma vecinal y llamar al 911, que haberme comunicado directamente con la central telefónica”.

“Si avisaba al 911, me iban a llenar de preguntas y seguramente los delincuentes iban a descubrirme”, conjeturó.

Pese a que, afortunadamente para ella la banda no se percató de su presencia en el baño, “fue igual un momento horrible el que me tocó pasar” por culpa de esos ladrones.

“UN VECINO SE SALVÓ DEL ROBO”

En otro tramo de la charla con este diario, Botta reveló que “antes de meterse en casa, estos pibes intentaron robar en la de un vecino de al lado”.

“Pero este vecino se salvó del robo gracias a que los ladrones, que ya habían girado la orientación de las cámaras de seguridad, no pudieron violentar las aberturas de la vivienda, que tienen un mecanismo similar al que hice instalar ahora en la mía”, reflejó.

Acotó que los delincuentes “quedaron filmados por cámaras de seguridad” de la cuadra. Y cerró: “el barrio viene con algunos robos y esta vez me tocó a mí”.