Primeras líneas

En su propósito de reconstruir el equipo de Gimnasia que volvió poco menos que a fojas cero tras el abrupto alejamiento de Néstor (“Pipo”) Gorosito, el técnico que había con formado durante la temporada anterior una base que le permitió alcanzar un protagonismo central, y algunos referentes, como Brahian Alemán, Rodrigo Rey y Agustín Cardozo, Sebastián (“Chirola”) Romero avanza en el predio de Estancia Chica a los efectos de imponer las ideas con las cuales tratará de afirmar un equipo cuyo promedio de edad será el más bajo en la Liga Profesional que comenzará a desarrollarse el último fin de semana del presente mes.

El Lobo, por cuestiones económicas, las mismas que decidieron la salida de Gorosito y la de Alemán, Rey y Cardozo, entre otros, y que no permitirán que lleguen jugadores en calidad de refuerzos, perdió muchas horas de trabajo mientras se disputaba el Mundial de Qatar y el resto ganaba tiempo con entrenamientos libres, está por estos días recuperando ese terreno perdido con prácticas en doble turno, que en la víspera permitieron ver algunas ideas de quien será el nuevo entrenador, quien tiene la ventaja de conocer a los jugadores provenientes de las inferiores por haber sido el conductor de la Reserva.

Todo esto en dirección a los encuentros de carácter amistosos, en principio cuatro, con los cuales se buscará una formación titular y un esquema de juego para empezar a transitar una temporada que tendrá como punto de partida la visita a Vélez por la primera fecha de la Liga Profesional, competencia que para los albiazules continuará una semana después frente a Defensa y Justicia, en el Bosque.

El primero de los referidos ensayos organizados por el cuerpo técnico de Gimnasia para sumar minutos en la etapa previa a la estrictamente oficial será mañana contra Instituto de Córdoba, el último de los equipos ascendidos a la categoría superior, en Estancia Chica. La serie continuará el sábado frente a Villa San Carlos y a continuación los rivales serán Montevideo City Torque, de Uruguay, y Alvarado de Mar del Plata.

En silencio, con Leonardo Morales, el paraguayo Ramón Sosa y Cristian Tarragona, quien a causa de una grave lesión se perdió prácticamente todo el torneo anterior, ese que Gimnasia peleó y terminó rescatando su clasificación a la Copa Sudamericana, como referentes, el plantel está concentrado en el predio deportivo de la localidad de Abasto, y ayer realizó movimientos a puertas abiertas, permitiendo observar una práctica de fútbol que, aunque informal, posibilitó adelantar algunos matices.

La etapa de reacondicionamiento físico ya cumplió su objetivo central, razón por la cual desde el pasado lunes la pelota ganó protagonismo con movimientos de campos diagramados a fines de aceitar combinaciones tanto en el plano defensivo como en ataque, con estructuras que presentan bajas respecto de la temporada anterior, lo cual demanda repeticiones y más repeticiones.

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La actividad realizada en la víspera tuvo su primer turno en horas de la mañana, con prensa y simpatizantes habilitados para ingresar a Estancia Chica y presenciar el entrenamiento que hasta ahora había sido a puertas cerradas, y luego de una reunión en el medio de la cancha para plantear aspectos de la práctica, y la referida presencia de observadores, con Nicolás Cabrera -primer asistente de Sebastián Romero en el cuerpo técnico- en uso de la palabra, llegó la hora de jugar a la pelota.

De un lado, “Chirola” dispuso una formación integrada por Tomás Durso, Leonardo Morales, Diego Mastrángelo, Matías Melluso, Ignacio Miramón e Ivo Mammini, con la misión de defender; enfrente, Alan Lescano, Tomás Muro, Ramón Sosa, Benjamín Domínguez y Franco Soldano, quienes debieron atacar a la referida estructura. La práctica se desarrolló en espacios reducidos, con cambios en las formaciones, y disposiciones claras: marca y salida para los defensores, precisión y definición para los encargados de atacar.

En un momento, la defensa se conformó a partir de Nelson Insfrán; Bautista Barros Schelotto, Bruno Palazzo, Felipe Sánchez, Nicolás Colazo y Agustín Bolívar.

Esto no fue todo, porque la mañana de los Triperos continuó con otros movimientos de campo, que en este caso propusieron situaciones a partir de jugadas desarrolladas por afuera y definiciones a través de centros al área, principalmente por elevación, para que marcadores y atacantes resolvieran con armas que en el caso de los primeros posibilitaran salidas rápidas. Cristian Tarragona y Tomás Fernández no fueron parte, y mientras lo anterior ocurría, ellos trotaron sobre el perímetro del campo de juego.

El optimismo es una de las virtudes que caracteriza al cuerpo técnico, y en este caso no fue la excepción: quedaron conformes con lo realizado por el plantel, que en horas de la tarde, a partir de las 17:00, volvió a escena, pero en este caso para ponerse a las ordenes del preparador físico Diego Gómez, quien complementó el entrenamiento matutino con una rutina puntual para equilibrar físicamente a un grupo que, como quedó expuesto, deberá alimentarse de juveniles que, obviamente, tendrán que ponerse a la altura.

Por lo pronto, y en la búsqueda de poner a Tarragona a punto, lo cual parece fundamental, porque será parte de la columna vertebral del proyecto diagramado por “Chirola” Romero, el Lobo dejó atrás un día más de preparación, y luego de otro día de doble turno, como será el de hoy, será momento de empezar a realizar las primeras evaluaciones con ensayos que si bien no serán contundentes, permitirán al menos observar la evolución de este Gimnasia modelo 2023.

Encontrar a los reemplazantes de Rodrigo Rey, Agustín Cardozo y Brahian Alemán, fundamentales en la campaña anterior, esa que estuvo por un momento con posibilidades de título, será el primer desafío, y el juego, obvio.

Cristian Tarragona volvió a entrenarse aparte, realizando trotes mientras el resto hacía fútbol