Pozos y rajaduras: más riesgo a la hora de manejar

En diversos puntos del casco urbano y la periferia, el pavimento dañado obliga a maniobras y desvíos para evitar roturas

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En el centro y en la periferia, se repite en la Ciudad la problemática de las calles donde los pozos y rajaduras obligan a extremar cuidados, en casos, con maniobras que complican la seguridad vial.

En los últimos días, este diario recibió varios reclamos relacionados con el mal estado del pavimento. Entre esos, el de un conductor que advirtió sobre un pozo “enorme” en la esquina donde se encuentran las calles 2 y 49 con la diagonal 77. “Me sorprendió cuando venía por la diagonal y tuve que hacer una maniobra medio peligrosa para esquivarlo, porque venían varios vehículos al lado”, indicó Daniel, un vecino que se mueve a diario entre Villa Elvira y el Centro.

No muy lejos de allí, también se quejan conductores y vecinos que usan la calle 55 en el tramo que va de 4 a 5. “Es una cuadra que tiene un serrucho como si fuese de tierra, pero es de asfalto y esas `costuras´ que la cruzan en casi toda la cuadra pueden dañar el auto. Es algo difícil de ver, pero tenemos la desgracia de que sea en pleno centro”, indicó José, vecino de ese enclave.

También hay que andar con cuidado más arriba, en el tramo de 9 a 10, “esquivando pozos y autos en doble fila”, apuntó una conductora con negocio en la zona.

En las localidades, también apuntan dificultades: “La calle 36, casi en la esquina con 134, tiene el asfalto deteriorado. Prácticamente, son piedras sueltas”, indicó Sebastián desde el barrio La Cumbre, en San Carlos.

Un poco más hacia afuera, en 149 y 43 piden mejoras en el pavimento, por un enorme bache que se transforma en una laguna. “Ahí directamente habría que poner una valla o una cinta de seguridad. Si se mete un auto, se rompe o genera un accidente. Y las motos, mejor que ni se acerquen”, le dijo a este diario un vecino.

Un cuadro similar se advierte en la cuadra de 153 entre 64 y 65, Los Hornos. La esquina indica lo que parece una zona de transición entre el asfalto y la tierra. “La calle está tan mal que no se sabe si tiene pavimento o no”, indicó una vecina que dijo pasar a diario por allí. Confunde más, la tierra que, al parecer, alguien tiró sobre un extenso bache con intenciones de taparlo. No lo logró y la lluvia generó una laguna.

 

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