Un destello del faro de América aún alumbra en “la calle de los sabios”

En el tramo de la avenida 60 que va de 8 a 11, vivieron Alejandro Korn, Juan Vucetich y Florentino Ameghino

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Sus nombres, su trayectoria y aportes al mundo intelectual fueron parte central de la categoría de “Faro de América” que se le daba a aquella joven ciudad de La Plata en las primeras décadas del siglo pasado. Entre las curiosidades que rodean aquella época de esplendor podría decirse desde estos días que habrá quienes sacan pecho por su barrio para decir que Alejandro Korn, Juan Vucetich y Florentino Ameghino, tres de “los cinco sabios” locales tuvieron su casa y en un caso, su negocio en un tramo de menos de 300 metros de la avenida 60, en las plazas Rocha y Máximo Paz.

Así lo determina la historia en los trazos en los que trabajó el investigador platense en esos temas, Roberto Abrodos. “Hacia el año 1900 la nueva capital tenía pocos vecinos por la zona pero algunos eran muy destacados”, avisó Abrodos y luego pasó a desgranar que “desde 60 esquina 11, en el N° 793, donde tenía una librería a la que llamó `Rivadavia´, Florentino Ameghino dejaba a su esposa Leontina y partía diariamente hacia sus múltiples labores. Era un autodidacta sobresaliente, desde muy chico se había entregado a la búsqueda y recolección de restos fósiles y, bien pronto, su colección particular y su ciencia fueron en aumento”, apuntó.

Otro residente de los instalados en la zona, puntualmente dos cuadras hacia Plaza Rocha, “en el tramo de 8 a 9, vivió, formó una numerosa familia y murió, Alejandro Korn”, apuntó el investigador sobre el médico, investigador y docente. “Tuvo una importantísima actuación en distintas instituciones: fue vicerrector de la Universidad de La Plata cuando el rector era Dardo Rocha y la dirigió cuando la casa de altos estudios consiguió la nacionalización; tuvo a su cargo durante muchos años el hospital neuropsiquiátrico de Melchor Romero. Escribió varios libros, entre esos `La libertad creador´ (1920), Esquema gnoseológico (1924), sólo por mencionar algunos”.

La actividad política y profesional marcó su legado, pero no fue todo. Según Abrodos, “la cultura física le otorgó fama de diestro esgrimista en el Jockey Club y en el club de Gimnasia y Esgrima La Plata, entidad a la que contribuyó a afianzar en los años iniciales como presidente”.

Otro ilustre en el vecindario

Avanzó el investigador platense con otro de los ilustres del barrio. “Después de vivir en otros domicilios, Juan Vucetich vivió en 60 entre 9 y 10”.

Abrodos, apuntó que Vucetich “ingresó en 1888 al Departamento Central de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, trabajando inicialmente como empleado en la Contaduría con el grado de meritorio, un año y medio después fue designado jefe de la Oficina de Estadísticas. Después creó la Oficina de Identificación Antropométrica y posteriormente el Centro de Dactiloscopia del que fue director. Puso por primera vez en práctica un sistema eficaz de identificación de personas por sus huellas dactilares, usado en todo el mundo”.

No hay datos a la vista acerca de si tuvieron trato barrial o se cruzaron en esas calles. Abrodos, aconseja que “recordemos hoy, al transitar la calle 60 de nuestra ciudad, los sabios que en ella vivieron como simples vecinos”, los mismos a quienes “su investigación y su trabajo los llevó a ser reconocidos mundialmente” y les dio categoría de “sabios” junto al naturalista Carlos Spegazzini y al poeta Pedro Palacios “Almafuerte”.

Desde los primeros días de La Plata, la calle 60 se designó con el nombre “Jardín de la República”. Desde 1901 se le llamó Bartolomé Mitre, como consideración al cumplir 80 años de edad quien fuera presidente de la Nación.

 

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