El retorno más esperado

A sus 65 años, Madonna regresó con un espectáculo teatral que abarca más de 40 de sus éxitos a lo largo de sus cuatro décadas de carrera. El reducto, The O2 Arena de Londres -con capacidad para 20.000 personas-, finalmente presenció el inicio del tour, tras un retraso de tres meses debido a un problema de salud de la “Reina del pop”. Madonna fue hospitalizada en junio debido a una grave infección bacteriana que la mantuvo en cuidados intensivos durante varios días.

A pesar de los desafíos, Madonna mantuvo su promesa de llevar a cabo esta gira, la primera centrada en su catálogo completo de éxitos en lugar de un álbum específico. En las semanas previas al espectáculo, compartió imágenes de los ensayos en su cuenta de Instagram, en la que se la veía vestida con un corpiño de encaje negro, practicando sus movimientos en el escenario y cuidando sus rodillas cubiertas de rejilla.

Aunque el espectáculo había estado en preparación durante meses, enfrentó algunas dificultades técnicas al principio, lo que llevó a una breve pausa para restablecer el sonido. Durante esta pausa, Madonna compartió sus reflexiones sobre su ascenso a la fama y agradeció a su audiencia por su apoyo constante.

Además de su música, Madonna también abordó cuestiones más profundas durante el espectáculo. Habló sobre el conflicto entre Israel y Palestina, expresando su tristeza por el sufrimiento de los niños, adolescentes y ancianos en la región. También reflexionó sobre su salud y mencionó que llegó a olvidar cinco días de su vida durante su reciente enfermedad, y resaltó su determinación de sobrevivir por el bien de sus hijos.

Las opiniones de los fanáticos sobre el espectáculo fueron variadas. Algunos expresaron que hubo demasiado discurso entre canciones, mientras que otros lo calificaron como “absolutamente increíble”, destacando los disfraces, los bailes y los popurrís.

Madonna ha sido conocida por reinventarse en cada una de sus giras a lo largo de los años, desde su estilo punk-glam en el “Virgin Tour” de 1985 hasta su última gira, Madame X, que tuvo que ser interrumpida debido a la pandemia de Covid. “Celebration Tour” representa una oportunidad para que Madonna afirme su estatus de estrella en un año en el que Taylor Swift y Beyoncé también han dejado huella en la música en vivo.

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La gira de Madonna ha generado expectación y controversia, pero aún cuenta con entradas disponibles en algunos lugares, lo que sugiere que su poder de convocatoria sigue siendo impresionante. Con legiones de seguidores fieles y nuevas generaciones de fanáticos, Madonna continúa dejando su huella en la historia de la música pop.

El escenario principal presentó una innovadora plataforma circular de tres niveles, inspirada en la icónica tarta de bodas que inmortalizó en su polémica actuación en los MTV Video Music Awards de 1984. Este espectáculo contó con más de 80 toneladas de equipos de producción y una iluminación impresionante. Catorce focos se centraron exclusivamente en la artista, respaldados por más de 600 luces inteligentes que iluminaron todo el escenario, mientras que en la arena se desplegaron más de 8.800 señales de iluminación.

El espectáculo también se destacó por su potencia, con 3.700 amperios, además de 334 metros cuadrados de imágenes de proyección, una cantidad récord de videos utilizados en una presentación de la artista. Madonna deslumbró al público con su carisma y ofreció más de cuarenta canciones en un concierto dividido en 5 actos. “Nothing Really Matters,“ una canción que no interpretaba en directo desde 1999, sorprendió gratamente a la audiencia.