Todavía lejos de su mejor versión, Estudiantes repuntó un poco y alcanzó lo que tanto necesitaba
Edición Impresa | 24 de Octubre de 2023 | 05:20

Por MARTIN MENDINUETA
Ganar arregla situaciones, calma ansiedades, distiende atmósferas un poco tensas y, también, permite espiar el futuro con el incomparable abrigo del optimismo.
Estudiantes no fue una maravilla, pero jugó mejor que su modesto rival y se quedó con tres puntos que necesitaba más en lo anímico que en lo matemático. Después de la tan pálida imagen que había dejado en su reciente presentación en Vicente López, se observó un crecimiento que le alcanzó, sin sobrarle nada, para regalarles un alivio a sus hinchas.
Justo antes del primero (el de menor importancia) de los dos choques que tiene programados ante Boca, el equipo de Eduardo Domínguez mostró algunos signos de recuperación.
Las lesiones no se detienen. Regresó Carrillo porque se fue sentido Boselli, tras patear el penal
El regreso al primer equipo de Zaid Romero (fue la figura), el correcto partido de Santiago Núñez y la pegada siempre valiosa de José Sosa fueron los trazos más positivos de un rendimiento colectivo todavía bastante alejado de su mejor versión.
HABERSE IDO AL DESCANSO CON UN FESTEJO, APLACÓ LA GRAN ANSIEDAD
La excelente ejecución de Mauro Boselli en el penal que le cometieron a Leonardo Godoy fue un elemento de mucha importancia para mantener en equilibrio el estado anímico de los seguidores del León.
El dominio casi constante no había resultado muy seductor y se estaba observando una función más de este momento donde la precisión le esta faltando de un modo evidente.
El Pincha hoy está un escalón grande por sobre la limitada actualidad de Sarmiento, pero necesitaba plasmarla a la hora de facturar. Con el regreso de Fernando Zuqui a la titularidad, recuperó a un hombre siempre dispuesto a transformarse en el eje de las protestas al árbitro y, también, en el “villano” al cual los rivales quieren sacar de escena.
Después de cierta apatía mostrada, especialmente en la mitad de la cancha (exceptuando de ese diagnóstico a Santiago Ascacibar) durante la caída ante Platense, Eduardo Domínguez tomó la decisión de inyectar el carácter y la personalidad de Zuqui, más allá de que no venía teniendo buenas actuaciones. Y se hizo notar más en las discusiones que en el juego. Después, en el complemento, cuando Estudiantes necesitaba ser más profundo en el ataque, el técnico lo reemplazó por Franco Zapiola. Sin dudas, la opaca actualidad de Zuqui no le brindó lo que le reclamaba un trámite repleto de desprolijidades en el momento de convertir.
PESE A SER SUPERIOR, RECIÉN SE TRANQUILIZÓ CON EL PITAZO FINAL
Perseguido de un modo sorprendente por lesiones de distinto tipo y tenor, transita la Copa de la Liga tratando de quitarse de encima la irregularidad que se le ha hecho una incómoda costumbre.
Empezó el segundo tiempo fallando en algunos retrocesos y, cuando recibió el impacto del empate, le abrió la puerta a la incertidumbre.
Al dominio Pincha en el primer tiempo la faltó justeza. El penal bien pateado por Boselli fue clave
El declive personal de Benjamín Rollheiser incide notoriamente en el producto colectivo. Quien se había convertido en el conductor natural y propietario casi excluyente de la cuota de desequilibrio, hoy está en otra sintonía y el equipo lo siente.
Si bien el León mejoró con respecto a lo que venía mostrando, está claro que la estatura de su rendimiento le impide ser confiable. Se alejó bastante de aquella imagen seductora que supo tener, especialmente, en los primeros tiempos de este ciclo.
Se hubiera generado un escenario incómodo si no conseguía ganar. Por eso, los aciertos a la red de Boselli y de Romero fueron desahogos esenciales. Quedó claro que podría haber ampliado la diferencia (el mano a mano que desperdició Mancuso fue la situación de gol más clara) y, sin embargo, recién se sintió ciento por ciento ganador del pleito cuando escuchó el pitazo final. Mientras la pelota estuvo en juego sobrevoló el ambiente el temor por un error propio que volviera a complicar la noche.
El sábado irá a la Bombonera sabiendo que lo aguarda una prueba compleja. Es un tanto extraño afirmar que no sería tan grave perder, pero la realidad indica que su principal ambición estará centrada en no fracasar a mediados del próximo mes, cuando vuelva a enfrentarlo en una de las semifinales de la Copa Argentina.
Con un nuevo parte de lesionados numeroso, el entrenador armará lo que pueda. Así son los días de Estudiantes. Utilizando lo que tiene y procurando afianzar el repunte conseguido.
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