El verano en la Ciudad: ¿Será menos cálido que lo anunciado?

Con un giro en la expectativa climática, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) actualizó el pronóstico del clima para este verano en Argentina, revelando modificaciones significativas en las tendencias proyectadas hasta ahora. Esta nueva perspectiva, que abarca desde diciembre hasta febrero, anuncia un escenario más amigable en cuanto a las temperaturas, especialmente para la zona este del país.

El informe recién publicado indica que el promedio de las temperaturas no superará lo normal, marcando un cambio con respecto a las previsiones anteriores. Las causas detrás de esta alteración se vinculan principalmente con la temperatura del océano y la anticipación de lluvias más abundantes. Estos factores, según los expertos, han llevado a que la tendencia climática se ajuste al umbral de normalidad en lugar de pronosticar un exceso de calor.

En los primeros días de diciembre, como es tradicional, el SMN compartió los datos para el próximo trimestre, abarcando desde el inicio de diciembre hasta finales de febrero. Las novedades más destacadas se centran en la zona metropolitana, con sorpresas especialmente benévolas para la Ciudad, el Conurbano bonaerense y la Costa Atlántica.

El cambio más notable respecto al informe climatológico anterior, que se extendía hasta fines de enero, es la eliminación de la previsión de un exceso de calor en la zona central del país. La información de noviembre sugería probabilidades de temperaturas por encima de lo normal en todo el área central, pero la tendencia dio un giro hacia valores normales para la época.

Esta variación beneficia particularmente a nuestra región, el Conurbano bonaerense y la Costa Atlántica. Sin embargo, las modificaciones no se limitan a estas áreas, ya que la Patagonia cordillerana, que inicialmente anticipaba temperaturas habituales, ahora presenta una mayor probabilidad de experimentar marcas más altas. Por otro lado, la zona patagónica cercana al Atlántico mantiene el pronóstico de temperaturas normales.

EL FENÓMENO DE EL NIÑO

La Mesopotamia también experimenta un cambio hacia valores normales para el verano, pero la preocupación se centra en las inundaciones por lluvias, ya que el fenómeno de El Niño está generando estragos, especialmente en Entre Ríos. Esta región del país será la más afectada por las lluvias, mientras que en la zona centro-este, que incluye el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la Costa, se espera que las precipitaciones sean superiores a lo normal, aunque no de manera excesiva.

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En cuanto a las temperaturas extremas, se pronostican en el norte y noreste del país, mientras que la región de Cuyo estima una anomalía climática con valores por encima de lo normal, superando incluso al área costera argentina.

Estos cambios repentinos crean un escenario de indefinición transitoria en algunas zonas del país, especialmente en la zona centro, que hasta el mes pasado proyectaba un verano con temperaturas superiores a lo normal. Este fenómeno se refleja en el mapa climatológico, que ahora aparece en blanco en estas áreas, indicando la ausencia provisoria de una tendencia climática marcada.

LA TEMPERATURA DEL OCÉANO

Las recientes modificaciones informadas por el SMN podrían estar relacionadas con la temperatura del océano Atlántico en Argentina, que se mantiene notablemente fría en comparación con Brasil. Esta diferencia permite el ingreso de aire fresco, actuando como un moderador de temperaturas. No obstante, los informes advierten que este fenómeno está perdiendo intensidad, lo que podría alterar la situación actual, incluyendo algunos días con temperaturas mínimas por debajo de lo habitual.

Marcelo Madelón, meteorólogo y licenciado en Medio Ambiente, destaca la relación entre estos cambios y las expectativas de lluvias más abundantes. La probabilidad de un verano más lluvioso, con mayor cobertura nubosa, podría contribuir a la disminución de las temperaturas máximas, resultando en una temporada más acorde con los meses de diciembre, enero y febrero.

El noroeste y oeste de la Patagonia, en contraste, se espera que sean más secos, con menos cobertura nubosa y temperaturas más altas de lo normal. Este patrón, según Madelón, refleja la lógica relación entre lluvias y temperaturas. En los últimos dos años de sequía, se han registrado olas de calor y temperaturas extremas, estableciendo récords históricos en la temporada 2022-23.

En relación con la temperatura del Atlántico, Madelón destaca la gran diferencia entre la temperatura del mar en Brasil y en Argentina. Mientras que en Brasil se sitúa entre 26 y 27 grados en la zona costera, en Argentina la temperatura actual es de 18 a 19 grados en diciembre. Aunque se espera un leve aumento en la temperatura del agua en las costas argentinas, cuando hay viento del este o del sudeste, se producirá un efecto refrescante, a diferencia de Brasil, que ha experimentado varias olas de calor.

Así, el verano en Argentina se perfila con cambios climáticos, marcados por variaciones inesperadas en las tendencias proyectadas. La atención a la información climatológica actualizada y la preparación para posibles alteraciones en las condiciones meteorológicas son esenciales en un contexto donde factores como El Niño y la temperatura del océano Atlántico pueden influir en el clima.