A pesar del horario los hinchas dijeron presente

Otra vez con tironeos en la previa por jugar de día en un día laborable de febrero, de todas maneras más allá de quejas y protestas el triperío estuvo presente en el Bosque como en sus mejores tardes.

Hubo un emotivo recibimiento para Sebastián Romero. Uno de los hombres más queridos de la historia contemporánea tripera le puso el hombro a una situación muy difícil de afrontar, con un plantel muy joven y sin la columna vertebral que le brindó al Lobo la vuelta a la competencia internacional en el segundo semestre del año pasado. El grito de “Chirola, Chirola” retumbó en todo el estadio, con el tímido saludo del DT albiazul, quien en los últimos días reconoció que la responsabilidad y el trabajo no le permiten disfrutar a pleno este momento como técnico del primer equipo.

Así como la previa permitió el recuerdo de los campeones del Centenario, hace ya 29 años, y los aplausos para otros jugadores que fueron mimados por los hinchas. Seguramente, solamente los que tienen arriba de 60 se habrán emocionado con la presencia de Juan Miguel Tutino, por quien la hinchada deliraba en los ‘70 al grito de “Tu-tu-tino”. Hoy, las canciones son más elaboradas. Ayer, desde la tribuna del Bosque las hubo para todos los gustos.

Los hinchas, que tienen muy en claro que este es un semestre para bancar y que los objetivos deportivos estarán muy lejos del alcance de este equipo, se entusiasmaron en el primer tiempo con el buen rendimiento de los pibes y un funcionamiento del equipo que convirtió a Tomás Durso en un mero espectador, lisa y llanamente porque Defensa y Justicia casi no podía atacar.

Con el resultado adverso, el aliento del triperío recrudeció y en los minutos finales, las tribunas hicieron sentir su respaldo. Para Chirola, como capitán de este barco al que le faltan motores pero le sobran brazos para remar. Y para los jóvenes del plantel, ese “¡Vamos, vamos los pibes!” que atronó en el final fue grito de guerra y, a la vez, un respaldo sin concesiones.