Logros y retos pendientes de un pontificado con temas muy polémicos
Edición Impresa | 13 de Marzo de 2023 | 02:20

CIUDAD DEL VATICANO
Ha pasado demasiado para un pontificado tan corto. El papa Francisco celebra hoy el 10º aniversario de su elección, superando con creces los “dos o tres” años que una vez contempló para su papado y sin mostrar signos de bajar el ritmo.
Al contrario, con una agenda llena de problemas y planes y sin la sombra del Papa emérito Benedicto XVI, Francisco, de 86 años, ha dejado de hablar de retirarse y recientemente describió el papado como un trabajo para toda la vida.
El primer Papa latinoamericano de la historia ya ha dejado huella y su impacto podría aumentar en los próximos años. Pero, hace una década, el jesuita argentino estaba tan convencido de que no saldría elegido que estuvo a punto de perderse la última votación mientras charlaba con otro cardenal en el exterior de la Capilla Sixtina.
“El maestro de ceremonias salió y dijo ‘¿Y ustedes van a entrar o no van a entrar?’”, recordó Francisco en una entrevista reciente con la AP. “Era mi resistencia inconsciente a entrar, después me di cuenta”. Fue elegido el 266º Papa en la siguiente votación.
ABUSOS SEXUALES
Francisco tuvo una gran curva de aprendizaje sobre los abusos sexuales cometidos por el clero. En un primer momento restó importancia al problema, de forma que llevó a los sobrevivientes a cuestionarse si “lo entendía”. El cambio llegó cinco años después de asumir el cargo tras una problemática visita a Chile.
Durante el viaje, descubrió una grave desconexión ente lo que los obispos chilenos le habían contado acerca de un destacado caso y la realidad: cientos o miles de fieles chilenos habían sido violados y agredidos por sacerdotes católicos durante décadas.
“Ahí me convertí”, contó a AP. “Ahí se me explotó la bomba, cuando vi la corrupción de muchos obispos en esto”. Desde entonces, ha aprobado una serie de medidas destinadas a que la jerarquía eclesiástica asuma responsabilidades, pero los resultados han sido dispares. Benedicto destituyó a unos 800 sacerdotes, pero Francisco parece mucho menos dispuesto a expulsar a los abusadores, lo que refleja la resistencia que existe dentro de la jerarquía a los esfuerzos para apartar del sacerdocio a los agresores de forma permanente.
El ala conservadora de la Iglesia rechaza que Francisco haya restringido la antigua misa en latín
La próxima etapa en la crisis ya se ha manifestado: los abusos sexuales, espirituales y psicológicos a adultos por parte del clero. Francisco es consciente del problema -un nuevo caso implica a uno de sus compañeros jesuitas- pero no parece que haya voluntad de tomar acciones firmes.
IMPORTANCIA DE LOS SÍNODOS
Cuando se escriba la historia del pontificado de Francisco, es posible que se dediquen capítulos enteros a su énfasis en la “sinodalidad”, un concepto que tiene poco significado fuera de los círculos católicos pero que podría pasar a la historia como una de las contribuciones eclesiásticas más importantes de Francisco.
Un sínodo es una reunión de obispos, y la filosofía de Francisco de que estos deben escucharse entre ellos y a los laicos ha llegado a definir su visión de la Iglesia: quiere que sea un lugar donde los fieles sean bienvenidos, acompañados y escuchados.
De los sínodos celebrados en estos 10 años salieron algunos de los momentos más importantes, y controvertidos, de su papado.
Tras escuchar la difícil situación de los católicos divorciados durante un sínodo sobre la familia en 2014 y 2015, por ejemplo, abrió la puerta a permitir que las parejas divorciadas y casadas de nuevo por civil recibieran la Comunión. Los llamados a permitir que los curas puedan casarse marcaron el Sínodo Amazónico de 2019, aunque Francisco rechazó finalmente la idea.
El de octubre ha supuesto un sondeo sin precedentes entre los fieles católicos sobre sus esperanzas para la Iglesia y los problemas que encontraron, provocando pedidos de las mujeres para tener un mayor rol de liderazgo, incluyendo la ordenación.
MISA EN LATÍN
Los tradicionalistas católicos se mostraron recelosos cuando Francisco se presentó por primera vez como Papa en la logia de la Basílica de San Pedro sin la capa roja que sus antecesores empleaban en los actos formales.
Sin embargo, nunca esperaron que revirtiese una de las decisiones emblemáticas de Benedicto, al imponer de nuevo restricciones a la antigua misa en latín, incluyendo dónde y quién puede oficiarla.
Aunque esta decisión solo afecta de forma directa a una pequeña parte de los católicos que asisten a misa, la represión de la misa tridentina se ha convertido en un llamado a las armas para la oposición conservadora a Francisco.
El pontífice justificó su decisión alegando que la decisión de Benedicto de liberalizar la celebración de la misa antigua se había convertido en una fuente de división en las parroquias.
LA MUJER Y LOS FIELES LGTBQ
Las ocurrencias de Francisco sobre el “genio femenino” han hecho estremecer a las mujeres durante mucho tiempo. Las teólogas son la “frutilla del postre”, dijo una vez. Las monjas no deberían ser “solteronas”, afirmó. Pero también es cierto que Francisco hizo más por promover a la mujer en la Iglesia que ninguno de sus antecesores, incluyendo el nombramiento de varias para puestos de alto perfil en el Vatican, aunque ninguna dirige un dicasterio (departamento).
En tanto, la insistencia de Francisco en que los católicos de la comunidad LGBTQ, marginados durante mucho tiempo, puedan encontrar un hogar confortable en la iglesia puede resumirse en dos frases que han marcado su papado hasta la fecha: “¿Quién soy yo para juzgar?” y “Ser homosexual no es un delito”. Entre esas declaraciones históricas, Francisco hizo del acercamiento a la comunidad otro sello distintivo de su papado.
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