“El llanto”: detrás de escena de la película que paralizó la Plaza Moreno

Malena Villa tiene calor. La actriz y cantante, de visita otra vez en La Plata (cantó el viernes un tema con Chano) tiene que subir y bajar de un colectivo 520 con look noventoso y atravesar la Plaza Moreno, una y otra vez, mientras filman esa pequeña escena, ella, bajando del micro. Una y otra vez. Son las 2 de la tarde, hay más de 35 grados. El resto del equipo de rodaje está a resguardo, como puede, refugiados debajo de unas carpitas, cubiertos por gorritas. Pero Malena Villa no. Por eso, cuando el director del filme dice “corten”, se sienta, cansada, y prende un pequeño ventilador de mano. E intenta respirar. El lado B del cine, desprovisto de glamour, con manchas de sudor.

Villa es una de las tres protagonistas de “El llanto”, la película que pasó sus últimos días de rodaje en la Ciudad y que volverá en dos semanas para cerrar la filmación, una coproducción entre España, Francia y Argentina dirigida por Pedro Martín-Calero y que cuenta dos historias: la de Andrea, que en el presente, en Madrid, ha descubierto que es adoptada y que su madre biológica acaba de morir; y la de Camila, en el pasado, en La Plata, que intenta encontrar su voz como cineasta en un mundo masculino cuando al bajar de un micro encuentra a Marie.

“Tres mujeres, separadas en el tiempo y el espacio, pero unidas por un mal que, sin que lo sepan, las conecta a todas”, dice en diálogo con EL DIA el director, que escribió el guión junto a Isabel Peña, compañera habitual de Rodrigo Sorogoyen y que viene de escribir la aclamada “As Bestas”.

Primer largometraje de Pedro Martín-Calero, “El llanto” es una película de “terror moderno”

LE PUEDE INTERESAR

Con Agnes Varda arranca “Cinefilia”, un nuevo ciclo

LE PUEDE INTERESAR

Absuelven de tres cargos de abuso sexual a Harvey Weinstein

“El llanto” es una película de género, de terror, pero “moderna”, define Pedro Martín-Calero. “Una película de personajes, no de sustos, de miedos: queríamos que el terror viniera de los personajes”, explica el director, quien en ese sentido se entronca en la corriente del cine de terror de los últimos años, menos preocupado por el gore y los “jump-scares” y más preocupado por las alegorías y los climas.

“El terror”, opina al respecto el cineasta español, que con “El llanto” dirige su primer largometraje, “parece haber entrado en una etapa adulta, más allá del susto. Me interesa esta nueva ola, creo que está empezando y que va a lograr que sea un género más tenido en cuenta”.

En ese sentido, “con Isabel Peña hemos intentado trascender un poco el género: queremos calar en un tema muy importante en la sociedad, que a los dos nos duele mucho”, afirma el realizador. Sin embargo, lo que busca la película es que esa intención “no sea muy evidente”, es “ante todo una película de terror donde pasan muchas cosas y, si quieres, puedes hacer una lectura por debajo”.

El director y la guionista de “El llanto”, filmando a Malena Villa

Martín-Calero no quiere desvelar demasiado sobre la temática que corre bajo la superficie, porque “no quiero dirigir demasiado la mirada del espectador”, pero “no es coincidencia que las tres protagonistas sean mujeres”, se ríe. Las historias de Andrea, Camila y Marie, tres mujeres jóvenes que buscan su lugar en el mundo “no coinciden en el tiempo, pero todas tienen una edad similar y atraviesan un momento vital parecido en la narración: son mujeres que acaban de entrar en el mundo adulto y que cuando están en pleno proceso de desarrollo de su identidad, una fuerza terrible, ajena a ellas, cambia radicalmente sus vidas. Uniéndolas de una forma terrible”.

LA PARTE DE LA PLATA

Andrea es Ester Expósito, la actriz de “Elite”, pero ella no visitó la Ciudad: sus partes se rodaron en España. Sí estuvieron ayer, bajo el sol implacable en la Plaza Moreno, de poca sombra, Camila, encarnada por Malena Villa, y Marie, que interpreta la francesa Mathilde Ollivier.

La parte de ellas dos tiene lugar en La Plata (aunque los interiores se rodaron en Buenos Aires), en 19988, 25 años antes que la parte de Madrid y Ester, que abre la película. Se empieza por el final y se sigue por el pasado, explica la producción en el dossier de prensa, porque esa estructura conforma la sensación de “un bucle del que todos y todas formamos parte”. Todos, atrapados inexorablemente por ese mal, encarnado por un misterioso “hombre de negro”, según adelanta Juan Pablo Miller, productor de la película junto a su productora Tarea Fina.

Miller retrata lo que se filma en Argentina: Camila, una estudiante de cine, atraviesa la Ciudad filmando. “Hace cortometrajes, busca su mirada, y en un momento ve a otra chica (encarnada por Ollivier): se enamora y la empieza a seguir con la cámara”, dice.

El rodaje regresará a La Plata en dos semanas, para filmar escenas en la esquina de 7 y 50

El director eligió La Plata, relata, porque “quería mostrar un mundo nuevo, rodar en una ciudad más pequeña, fuera de Buenos Aires: el cine argentino que he visto está todo filmado en Buenos Aires, es algo muy reconocible”. Entonces, explica, “me hablaron de La Plata”, una propuesta que acercó Sur Locaciones y que acompañó Cultura de La Plata: Miller cuenta que la parte argentina se iba a rodar en Rosario, en el Monumento a la Bandera, cuando intercedieron.

“Me enviaron fotografías y me encantó: es una ciudad pequeña, pero tiene una escala muy amplia, al ser la capital de la provincia. Una mezcla muy interesante, que nunca he visto en cine”, dice el director.

Así terminaron filmando en La Plata: esta primera etapa, que concluyó ayer tras dos días de rodaje, tuvo lugar en el Anfiteatro del Bosque, el viejo Zoológico y Plaza Moreno, lo que precisó del corte de calle 12, entre 51 y 53, para alegría de los automovilistas. La producción volverá el 26 de marzo, para dos días más de rodaje en 7 y 50, “donde se festejó el Mundial”, recuerda Miller.

La Ciudad, y sobre todo la Plaza Moreno, con la imponente Catedral de fondo, sus estatuas y su mitología masona, pueden ser un escenario lindo para el terror, pero Miller adelanta que el escenario no fue utilizado en ese sentido. “Filmamos solo la escena donde la protagonista se baja y empieza a filmar a esa chica”, explica el productor. “Y de fondo aparecen los paisajes más característicos de La Plata, pero aquí no hay escenas de terror”.