Entradera y terror en La Plata: torturan y fracturan a un hombre en un interrogatorio

Una familia vivió durante la madrugada de ayer un verdadero calvario luego de que fueran sorprendidos por cuatro delincuentes armados y violentos.

Tal fue el nivel de crueldad con el que procedieron estos hampones que el dueño de casa terminó en el hospital con una fractura en uno de sus miembros superiores y contusiones en varias partes del cuerpo.

En base a lo que pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las 2 de la mañana cuando el matrimonio dueño del inmueble saboteado y su hija se encontraban descansando en su vivienda ubicada en calle 59 y 29.

Según fuentes oficiales, los tres sujetos que llevaron adelante todo el golpe con el rostro cubierto para evitar que sus rostros quedaran grabados en la retina de sus víctimas de 58 y 59 años.

Si bien el caso es materia de investigación, pero por los indicios hallados en la escena, todo apunta a que los ladrones emplearon una ganzúa para forzar la cerradura de una persiana y poder abrirse paso.

Como suele suceder en estos casos, el efecto sorpresa fue determinante para que los delincuentes pudieran tomar el control de forma expeditiva y sin mayores complicaciones.

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Es por ello que los ladrones realizaron todas las maniobras necesarias para abrirse paso en la vivienda con sumo sigilo.

De este modo, luego de abrir una ventana se introdujeron en la morada y la recorrieron con total libertad aprovechando que ambos dueños de casa y su hija estaban entregados a un profundo sueño.

Los damnificados recién tomaron conciencia de la presencia de intrusos en su hogar cuando sintieron zamarreos y palmadas en el rostro.

De pronto se encontraban inmersos en una confusa escena de tres extraños rodeando su cama.

Sin mediar palabra, uno de los integrantes del clan le advirtió a los propietarios, con un arma de fuego en la mano, que si hacían algún tipo de ruido o movimiento extraño “iban a terminar muertos”.

Ante los rostros sorprendidos y temerosos de sus víctimas los malvivientes comenzaron a registrar su casa.

Fue en ese recorrido que se toparon con la hija del matrimonio, quien se hallaba descansando en su habitación. La joven también fue amenazada y conducida al dormitorio de sus padres.

Aprovechándose de la imposibilidad de los damnificados para escapar o pedir ayuda, los malvivientes amenazaron en reiteradas oportunidades con que los golpearían ferozmente si no revelaban dónde tenían guardados sus ahorros.

Si bien toda la familia fue golpeada, el dueño de casa fue el que peor la pasó.

Pese a que entregó la totalidad de sus ahorros, los ladrones estaban convencidos de que los 400 dólares y los 5000 pesos que recibieron en mano eran apenas un vuelto y que su víctima tenía oculta una suma mucho más abultada.

Fue así que mientras dos de los intrusos daban vuelta la casa, los restantes iniciaron una sesión de tortura que se prolongó por espacio de media hora.

Siempre en base a la versión oficial, los violentos delincuentes le aplicaron “trompadas en el rostro y cuando se encontraba casi sin conocimiento en el suelo le dieron puntapiés” en la zona torácica y en la cabeza.

Probablemente una de esas tantas patadas que recibió fue la que le terminó provocando una quebradura.

“Fue una pesadilla para nosotros. Estamos muy mal y ahora no podemos hablar. Mi papá está internado. Se encuentra en observación por los golpes que recibió en el cuerpo. Además sufrió una fractura en el brazo derecho. Realmente actuaron con mucha violencia”, expuso la hija del matrimonio en un escueto diálogo con este diario.

Finalmente, tras dos horas de registro e intrusión en los ámbitos más íntimos de la familia, los sujetos lograron armar un botín compuesto por los ahorros que la víctima entregó y una computadora.

Sin que nadie se percatara de la situación, ambos sujetos abandonaron la propiedad por el frente de la vivienda.

En ese marco, por la tarde de ayer la policía recolectó imágenes de cámaras de seguridad de la zona para obtener alguna pista que conduzca a los hampones. Se intenta determinar si andaban a pie o si se desplazaban en algún medio de transporte.