Alejandro Lerner: “El país no se moviliza, el pueblo perdió el poder”

En las últimas horas, Alejandro Lerner movió a la opinión publica con una sentida carta abierta sobre la situación política, social y económica en Argentina. Recién llegado de sus actuaciones en España e Israel, el conocido autor acudió a sus redes sociales para compartir una reflexión sobre la actualidad de nuestro país, en comparación con lo que le había tocado comprobar desde su experiencia: “España es lo que Argentina podría ser. Un país hermoso con un idioma cercano. La comida, las calles, la arquitectura todo es familiar, pero la gran diferencia que he sentido es que se puede vivir en un clima de tranquila normalidad y convivencia. No hay olor a miedo en las calles, te pueden hurtar, pero no te van a matar o agredir físicamente para robarte”.

Asimismo, se refirió a la situación económica y criticó a la clase dirigente. “¿Cuándo fue la última vez que alguien dijo progreso? ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cuándo fue que nos acostumbramos a que todos roban, todos mienten, y todos salen ilesos? ¿Cuándo fue que el porcentaje de pobreza nos duele menos que el porcentaje de humedad?”, se preguntó a continuación. “Lo grave es saber que nuestro querido país no es pobre, es un país empobrecido. Y nuestra pobreza es moral no es económica. Nuestra riqueza es incalculable, como nuestra ignorancia”, señaló preocupado. Y en este sentido agregó: “Me di cuenta por contraste que vivimos como el cu..”, dijo en referencia a su reciente viaje por Europa y Oriente Medio.

También aclaró que dos veces al año pasa dos meses con su familia en California, ya que tiene ciudadanía estadounidense. “Convivo con otras mentalidades, otra organización social. Muchos argentinos del mundo que están expatriados, desarraigados, sufren la cosa afectiva. Tenemos valores que son enormes y maravillosos, pero hay normas de conducta que tienen otras sociedades que tenemos que aprender”, analizó.

“Naturalizamos la inseguridad como si fuera la humedad. Hoy va a morir alguien, hoy van a romper a una señora cuando esté por entrar a la casa, a una chica le van a pegar un tiro para robarle una bicicleta”, señaló. “En recursos somos ricos, nuestro problema es moral, pero no una moral de camisa y corbata sino una convivencia normal, donde la policía hace su trabajo y los políticos también”, añadió. Y como si fuera poco en referencia a la tremenda realidad económica expresó: “un país que aguanta los niveles de inflación que aguantamos nosotros no existe en el planeta”. Y consultado sobre si evaluó la posibilidad de que estas palabras lo pusieran en algún conflicto en tiempos de grieta, fue contundente. “Si lo hubiera pensado mucho, no la habría escrito. Es algo que necesitaba hacerlo, cuando algo me pasa tarde o temprano lo tengo que expresar, porque si no me enfermo. No es ningún negocio, cuando uno pone huevos y se expresa es porque lo tiene que hacer. No está calculando”.

Finalmente dio su opinión respecto de las próximas elecciones: “Yo creo que este país no se arregla con candidatos, este país se arregla con un cambio de conciencia en nosotros, los votantes”. Y se acordó del fútbol: “Si Boca pierde tres partidos seguidos al técnico lo echan. Nosotros tenemos 70 años de inflación, de robos, políticos que se van de su función multimillonarios y poderosísimos, y acá no pasa nada. El fútbol es más sensible, no se pude ir el equipo a la b, pero el país, sí”, comparó.

“La política es una herramienta, pero cuando el ser humano está podrido, no hay política que te salve. Y lo más peligroso es que si nosotros como pueblo dejamos de imaginar que hay una opción que las cosas pueden ser distintas”, lamentó. “Si este país no se moviliza para exigir la justicia y la economía que queremos, la inflación que no queremos... El pueblo perdió el poder ante sucesivas generaciones de políticos incapaces y corruptos”, sentenció, y completó su idea con un ejemplo: “Es como tomarse el colectivo con un conductor borracho, sabés que puede chocar en cualquier momento, pero te ponés el cinturón y vas”.

Por último y duro con sus reflexiones señaló: “Cuando viajo, la realidad me pega una trompada. Cuando camino por Madrid, Valencia y también por Israel, donde en cualquier momento suena una sirena y tienen que agarrar el rifle o esconderse en un lugar antimisil. Nosotros no tenemos eso”. Y para finalizar, dejó un mensaje de esperanza y de una posible salida adelante. “Si pudiéramos reconstruir la capacidad de apreciar y darnos cuenta que vivimos en uno de los países más lindos del mundo, y en lugar de quejarnos empezamos a reconstruirnos”.

Alejandro
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