Estudiantes, con un minuto fatal en el que sufrió mucho, venció merecidamente a Independiente 2 a 1
| 9 de Abril de 2023 | 12:21

Estudiantes no mereció sufrir tanto cuando Independiente llegó al empate por un gol en contra de Zaid Romero, pero terminó ganando con justicia en Avellaneda por 2 a 1. Con goles de Jorge Rodríguez y del mismo Romero se impuso por peso colectivo y mejores individualidades a un dueño casa de alarmante pobreza futbolística. Con Benajamín Rollheiser como principal figura, también hubo un buen partido de Zuqui y de Ascacibar, el Pincha hilvanó su tercer trunfo consecutivo (ante Newell's y Oriente Petrolero por la Sudamericana, los anteriores).
Con la única modificación de Emmanuel Más por el juvenil Benedetti, Estudiantes se plantó con firmeza en el estadio de Independiente y prolongó su racha de buenos resultados bajo la conducción de Eduardo Domínguez.
A los siete minutos el PIncha generó una muy buena situación de gol cuando Boselli bajó de pecho el balón adentro del área para el ingreso frontal de Santiago Ascacibar que la tomó de aire y estrelló su remate en el travesaño. Se salvó el Rojo y, al mismo tiempo, avisó el Pincha que quería ser protagonista en el Libertadores de América.
El dueño de casa, dirigido por Pedro Monzón en forma interina, se mostraba impotente en la generación ofensiva. Las apuestas, como el debutante Rambert, perdían sistemáticamente ante el oficio de los hombres de Estudiantes.
En el Pincha, activo Rollheiser, con vocación ofensiva Más y siempre criterioso Boselli, había indicios de una tarde con serias posibilidades de terminar imponiendo su juego.
A los 30 minutos, otra vez Ascacibar pisó con decisión el área del Rojo y, entrando por la izquierda, picó el balón ante la salida de Rodrigo Rey, pero Sergio Barreto la sacó de cabeza muy cerca de la línea de su arco. Estudiantes, muy cómodo en el trámite, manejaba la pelota y generaba las únicas situaciones de peligro.
Cerca de los cuarfenta minutos, un cambio de frente de Rollheiser a la cabeza de Más derivó en un centro paralelo a la línea del arco que Boselli no pudo conectar. El gol merodeaba el arco de Independiente porque Estudiantes dominaba las acciones por destellos individuales y peso colectivo.
Al término del primer capítulo Estudiantes e Independiente igualaron sin abrir el marcador, aunque el equipo Pincha fue claramente superior y tuvo por lo menos tres situaciones concretas como para llegar al gol. El manejo de Rollheiser y las apariciones de Ascacibar en el área del Rojo fueron los mejores atributos en el repertorio del equipo de Eduardo Domínguez.
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En el inicio del segundo tiempo se mantuvieron los roles de la etapa anterior. Independiente no mejoró y el Pincha siguió mostrándose mejor con la conducción de un lúcido Rollheiser.
A los cuatro minutos llegó el gol visitante. Después de un córner y una sucesión de despejes cortos, el Corcho Rodríguez tomó el balón de volea y su derechazo cruzado se incrustó en el arco de Rey. Un par de minutos después, un tiro de Ascacibar, siempre con vocación ofensiva, probó desde afuera del área y el tiro fue desviado hacia un costado por Rey.
A los doce minutos, Ezequiel Muñoz reemplazó a Santiago Núñez, lesionado. De esta manera, con un trámite propicio, el zaguero volvió a la actividad tratando de recuperar su mejor forma futbolística.
El partido se volvió chato, desnudo de ribetes atractivos y pareció que Estudiantes podría haber realizado más variantes para redondear el dominio que empezaba a ser más frágil. Ya estaban cansados Rollheisser y Zuqui, también Boselli y Domínguez podría haber movido antes el banco de suplentes.
Recién a los 33 minutos, Matías Muñoz y Méndez reemplazaron a Boselli y Rollheiser. Estaba claro que Estudiantes debía refrescar su línea de ataque.
Entre los minutos cuarenta y cuarenta y uno pasó de todo en Avellaneda. Zaid Romero primero anotó un gol en contra de cabeza que determinó un inmerecido empate del Rojo y, tras el insólito error, el mismo Romero, con gran cabezazo, se recuperó en el área rival y selló el 2 a 1 que volvió a poner las cosas en su merecido lugar.
El pecado de Estudiantes no fue el error fatal de Romero, sino haber dejado con "vida" en el partido a un rival de paupérrima actualidad. El Pincha debió liquidar el pleito mucho antes.
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