El fantasma Wado que acecha el plan de Kicillof

El Frente de Todos sigue sin poder ordenar su oferta electoral. El menú de candidatos presidenciales se amplía y la idea de ir con un postulante único parece perder terreno en la medida que Cristina Kirchner como accionista mayoritaria del oficialismo, no logra imponer un nombre que oficie de síntesis.

Se trata de un escenario de inestabilidad política que inevitablemente impacta en la definición bonaerense. Axel Kicillof esquiva meterse en esa pelea. El Gobernador se mantiene aferrado a su plan de reelección que se encarga de explicitar cada vez que puede, como reafirmación de sus deseos y maniobra defensiva frente a sectores del kirchnerismo que lo empujan a la disputa nacional.

De hecho, en las últimas horas insistió en el tema. “Estamos trabajando par que se reelija este proyecto y obviamente poder acompañarlo y encabezarlo”, sostuvo durante un acto que encabezó en la Gobernación.

Las chances de Kicillof de ir a desempeñar un rol que en principio no desea, crecen en la medida que el Frente de Todos no encuentra un candidato taquillero. Las acciones de Sergio Massa, que emergía como candidato casi indiscutido hace algunos meses, cayeron en sintonía con una inflación que no sólo no cede sino que rompe su marca mes a mes.

Cristina Kirchner pareció abrir la puerta para entronizar a Eduardo “Wado” De Pedro. Al hablar de que la posta del proyecto kirchnerista debería ser tomada por los “hijos de la generación diezmada”, sugirió que el ministro del Interior e hijo de desaparecidos, podría ser el elegido por el Instituto Patria para calzarse el traje de candidato presidencial.

Sin embargo, existen señales contradictorias en el propio oficialismo respecto de ese mensaje lanzado por la Vicepresidenta. Por lo pronto, De Pedro aceleró su plan de instalación pública que venía empujando un poco tímidamente. Su nombre apareció garabateado en varios paredones del Conurbano, a partir de un dispositivo que pusieron en marcha La Cámpora y los intendentes del PJ asociados al sector que lidera Máximo Kirchner.

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Ese movimiento se conjugó con otro de alto impacto e interpretaciones diversas que se concretó en la tarde del lunes. El encuentro de De Pedro con buena parte de los alcaldes del Gran Buenos Aires y el diputado Kirchner, en un claro y explícito apoyo a una eventual candidatura del ministro del Interior. ¿Pero candidato a qué?

Esa es la cuestión que desde hace algunas horas sobrevuela con talante de acertijo en el firmamento oficialista. Porque si bien diversos dirigentes interpretan que este último movimiento debería leerse como un fuerte respaldo territorial del peronismo a la postulación presidencial de De Pedro, otras fuentes creen ver en esa reunión una movida incipiente para instalar al ministro en territorio bonaerense, como eventual aspirante a reemplazar a Kicillof.

Esta última posibilidad es la que encuentra resistencia en el equipo del Gobernador. Porque implicaría que el actual mandatario termine siendo candidato a presidente.

Si bien laderos de Kicillof venían asegurando que está trabajando para la reelección pero que si Cristina Kirchner se lo pide dará la pelea presidencial, en las últimas horas salió a ratificar esa posición Carlos Bianco, uno de los hombres de confianza de Kicillof, lo que generó aún más interrogantes por la fuerza de una declaración que admite esa chance.

Desde hace largo tiempo se le viene adjudicando a Máximo Kirchner el deseo de que Kicillof sea candidato presidencial. La razón objetiva que se esgrime en La Cámpora es que el Gobernador es quien mejor fideliza el voto de Cristina Kirchner que, como se sabe, acaba de ratificar que no será candidata. Ese eventual movimiento abriría el camino para que un dirigente de más afinidad con el diputado nacional (las fricciones con Kicillof son habituales) fuera candidato en la Provincia. En algún momento ese camino se corporizó a través de Martín Insaurralde, pero ese movimiento perdió empuje. ¿Será ahora De Pedro el nombre para retomar aquél proyecto?