Preocupa el incremento de fiestas clandestinas con menores en La Plata

La realización de fiestas electrónicas en la periferia platense y otras que, en pleno centro, admitirían el ingreso de menores y el consumo de alcohol, fueron denunciadas desde la Defensoría Ciudadana de La Plata.

Desde el organismo se sostuvo que la práctica, con expansión en el periodo de pandemia, no cede. Y que “si bien los padres son responsables de sus hijos menores de edad, también debe existir el control de las autoridades municipales. Hay bares que le venden alcohol a los chicos y fiestas en las que se sabe que circulan porros, pastillas y distintas sustancias”, se indicó desde el organismo.

Además, se advirtió que los menores acceden a la promoción de fiestas mediante las redes sociales. En algunas oportunidades las entradas se venden de manera remota sin que éstos sepan la dirección en la que se realizará el evento hasta último momento.

“Algunas fiestas tienen más difusión que otras. Hace dos sábados, por ejemplo, se hizo una muy grande en Barrio Hipódromo, pero muchos eventos no cuentan con la autorización correspondiente; se les vende alcohol a los menores e incluso hay sustancias al alcance de quien quiera adquirirlas. Lo más grave es cuando se trata de chicos”, se apuntó.

También se explicó que son muchas las familias que vienen expresando su preocupación por la falta de control oficial de esas fiestas pagas, pero cerradas ante la vista de la ley. “En oportunidades, los chicos se enteran una o dos horas antes dónde se hacen las fiestas, va gente de todas las edades y llegan a juntarse 8 mil personas”, se afirmó desde el organismo. Y se consignó que hay empresarios vinculados a la nocturnidad que naturalizan ese tipo de eventos en los que participan menores. También, se denunció que suelen observarse conductas abusivas, por ejemplo, con relación a la venta de botellas de agua, se comercializan a valores que rondan entre 700 y mil pesos.

Se mencionó que hay fiestas que cuentan con habilitación, como una que se hizo hace poco en el estadio de Estudiantes. “Las que están habilitadas pagan un canon que no es poca plata, pero otras se hacen en puntos más lejanos e inaccesibles, cerca de la ruta 11. Lo que más preocupa es la venta de sustancias y que no se controle la presencia de menores”, se indicó.

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Los ruidos molestos

En otro orden, desde la Defensoría se puso el foco en la nocturnidad y los ruidos molestos, problemáticas que numerosos vecinos vienen denunciando en distintos barrios. “Debería haber más controles de la Municipalidad vinculados a las habilitaciones de los lugares donde se realizan las fiestas”, se puntualizó.

La nocturnidad en foco

Junto con las fiestas, en la Ciudad crece el malestar por los ruidos molestos de los boliches y bares. Desde la Municipalidad se consignó que la Ordenanza 7.845 regula acciones para la protección del medio ambiente “contra las perturbaciones producidas por ruidos y vibraciones” y rige desde el año 1991.

La norma se apoya en parámetros de calidad IRAM para las sanciones por ruidos molestos. Sin embargo, se anticipó que las áreas comunales correspondientes a la temática trabajan para su modificación, “atento al avance del tiempo y los cambios en el contexto de la Ciudad”.

En este sentido, la secretaría de Políticas Públicas de Seguridad y Justicia local indicó que se realizan reuniones con vecinos de diversos barrios. El objetivo es idear una nueva ordenanza que responda a las necesidades del Municipio, generando un equilibrio en la comunidad, entre las áreas productivas y las residenciales.

Se consideró que, en la actualidad, existen nuevas fuentes emisoras de sonidos, diferentes potencias y nuevos barrios. Se destacó que se realizan operativos de control, tanto vehicular como de nocturnidad durante toda la semana, en distintos puntos del Partido.

En relación a las denuncias por ruidos molestos, confirmaron que en una semana se reciben alrededor de 30 llamados al 147 o reclamos por el sistema SUAV o la página web, para alertar sobre ruidos molestos. La mayoría de las denuncias se efectúan los días viernes y sábados, y la cantidad varía de acuerdo a las fechas, las condiciones climáticas, y otros factores.

De acuerdo a lo que detallaron, en los operativos se interviene con personal del área de Nocturnidad, con apoyo del área de Control Ambiental cuando es necesario. Se utilizan equipos específicos para determinar el nivel y volumen de los sonidos o ruidos. Cuando se supera el valor máximo permitido para la actividad conforme a la zona, el horario y el domicilio, se constata como ruido molesto; siempre se debe analizar en estos casos la zona, los horarios, si el domicilio es lindero al lugar denunciado o no, si se trata de un espacio cerrado, entre otras cuestiones.