Pasamontañas, golpes y un botín millonario en una feroz entradera en La Plata

En medio de la conmoción que a nivel nacional generó el asesinato de un hombre en ocasión de robo en la localidad bonaerense de San Antonio de Padua, en las últimas horas aconteció en La Plata un hecho de inseguridad de similares características aunque sin el trágico desenlace que tuvo el empresario Gabriel Izzo (ver en pág. 16).

Una familia de Ringuelet vivió durante la madrugada de ayer momentos de pánico y espanto luego de que fueran sorprendidos por tres delincuentes armados y violentos mientras descansaban.

Tal fue el nivel de violencia con el que procedieron estos hampones que, pese a superar en número y en fuerza a la víctima, la golpearon en la mano y en el rostro como muestra de que estaban dispuestos a todo con tal de cumplir con su objetivo.

En base a lo que pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las 3 de la mañana en una vivienda ubicada en calle 516, entre 5 bis y 6 bis.

Según fuentes oficiales, el golpe se caracterizó no sólo por la violencia sino que también por el sigilo de las maniobras de los delincuentes ya que para ingresar doblaron rejas, levantaron una persiana y forzaron una ventana. Todo, sin que nadie se percatara.

Posteriormente, valiéndose del efecto sorpresa, sorprendieron a la víctima en su cama. En cuestión de segundos pudieron tomar el control de forma expeditiva y sin mayores complicaciones.

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De pronto la mujer quedó inmersa en una confusa situación: tres extraños con los rostros cubiertos con pasamontañas se encontraban rodeando su cama. Sin mediar palabra, uno de los integrantes del clan se sentó en su cama e inició un feroz careo.

Mientras sus secuaces daban vuelta su casa, el ladrón le advirtió que si no le entregaba los dólares terminaría sufriendo graves consecuencias.

Para mantener a salvo su integridad y la de sus seres queridos la víctima expuso de forma inmediata el lugar en el que tenía guardados sus ahorros.

El hampón acudió al sitio indicado y sacó un manojo de billetes. Pero aquello no fue suficiente. Convencido de que la mujer le estaba mintiendo le golpeó la mano y el rostro y la volvió a amenazar con que llevaría adelante drásticas acciones sino cumplía con sus demandas.

En reiteradas ocasiones la mujer insistió con que no tenía nada más que darles hasta que, al cabo de media hora, el violento ladrón terminó cediendo.

Según la denuncia, los hampones se llevaron un millonario botín compuesto por alhajas de oro, dos relojes uno de ellos de oro marca Omega, un televisor de 43 pulgadas, una notebook, $600 y 4.300 dólares.