VIDEO. La vieja pulpería de Payro: mitos y leyenda de un lugar elegido por la historia

Son las tres de la tarde en un pago chico, casi de leyenda... El cartel sobre el antigüo galpón de chapa oxidada de la abandonada estación del Ferrocarril Provincial, nos anuncia que estamos en Roberto Payro, fundado el 19 de abril de 1875.

Lleva su nombre en honor al brillante escritor y periodista mercedino, autor de inolvidables relatos costumbristas y gauchescos, como el casamiento de Laucha y Pago Chico.

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En esta legua dónde todavía se cruzan chacareros, tamberos y peones de campo, todos con ampulosas boinas de lana y rostro curtido, hay una verdadera joya: la Pulpería de Payro. Es todavía ocho años más antigua que este pueblo, de sólo 65 habitantes y se inauguró cuando este bucólico lugar se llamaba km 99.

Sus centenarios muros resisten estoicos el paso del tiempo, cuyo implacable reloj, lejos de perjudicar los tiñe en un presente que como su futuro, están cautivos de su brillante pasado.

Un viento frío, no misericordioso, le dan un aire de época a este almacén de Ramos Generales y Pulpería. Al trasponer la pesada puerta de pinotea de la entrada, la Pulpería parece abrazarnos con el reconfortante calor que combustiona en una vieja salamandra de hierro, que consume con voracidad escallas de madera de tala, la más dura de la región.

La misma bienvenida, pero aún más cálida nos dan Marcela y Pablo que estrechan nuestras manos con firmeza y sinceridad. Son los actuales dueños, devenidos en celosos custodios de este tesoro centenario.

"La compramos en 2005 - dice Pablo. Yo pasé aquí mi infancia. Venía al campo de mi abuelo que me traía de compras a este Almacén, para mí visitarla era una verdadera fiesta".

Pablo continúa su relato, mientras Marcela, con proverbial amabilidad, insiste en agasajarnos con especialidades de la casa. Un delicioso aroma se escapa del horno de barro donde se doran las famosas empanadas de carne de la Pulpería de Payro.

PULPERÍA Y CORRESPONSALIA DE EL DIA

Como un chico orgulloso, Pablo nos narra que este solar fue desde los años 20 a los 50 corresponsalía del Diario El Día de La Plata. Para acreditarlo nos muestra varios ejemplares de una parte de la "devolución" de la Edición del 25 de diciembre de 1955. En Primera Plana, nuestro diario titulaba a ocho columnas: "El General Lonardi, asumirá mañana el gobierno provincial. Y ampliaba en la bajada "fue en la reunión sostenida a bordo de una unidad de la Armada. Se llegó a completo acuerdo para solucionar el conflicto".

La historia aparece en todos los rincones de la Pulpería. Pablo dobla prolijamente el ejemplar del Diario El Día sobre la mesa de madera y retoma su testimonio. El silbido del viento que se filtra por las ventanas avisa que afuera el frío es casi polar.

"Acá venía gente de trabajo: chacareros, tamberos, peones de campo. Jugaban a los naipes, sociabilizaban. A las siete de la mañana el boliche ya estaba abierto y los parroquianos se acodaban en el mostrador apurando una caña con ruda para guapearle al frío, grapa y algún vaso de vino blanco, a las nueve el silbido de la locomotora a vapor avisaba la llegada del tren. Los peones cargaban prontamente los tarros de leche. Esta es una cuenca lechera" dice Pablo recordando aquellos laboriosos tiempos.

FAMILIAS Y APELLIDOS ILUSTRES

Fotos, libretas de almacén de distintas familias de Payro entregan un verdadero desfile de nombres y apellidos. Ilustres y recordados lugareños como Juan Cándido Ricci;Vasco Sibeti, padre e hijo; Homero Barrenese; Chongo Remorini; Dodi Remorini; Carlitos Perningoti; Cuto López; Ignacio Arriaga; Delfino Raggio, Eliverto Recal; Julio Gattini; Rubén Pandolfi; Ramona Acerbi; Chino Domínguez y Familia Gargayola; Arzubi; De gregorio, Caffese y Palazzi.

Terminada la ilustre lista Pablo nos dice que Remorini era dueño del único surtidor de nafta del pueblo. Hoy luce solitario y en su chapa oxidada, aún puede leerse la sigla Y.P.F., entonces Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Se dice que tal vez fue Pedro uno de los últimos en cargar nafta común en su heroico Ford 47 de ocho cilindros en v, con acoplado, que a tan solo 30 km/h cubría el trayecto con La Plata "cargado" hasta la manija

Con papas otra de las riquezas hortícolas de Payro "acá en la Pulpería - agrega Pablo, estaba el otro surtidor, que expendía solo kerosene".

SANTOS VEGA, JORGE NEWBERY, EVA PERÓN Y RENÉ FAVALORO BAJO UN MISMO TECHO

Dicen que bajo las añosas cabreadas de pinotea de la antigua Pulpería, hubo personajes ilustres que la brújula del tiempo deposito a veces, en forma de mito y otras como leyenda. Para el caso todas estas historias que Marcela y Pablo no se animan a ratificar, pero que admiten haberlas escuchado hablan de la bien ganada fama de la Pulpería de Payro.

Se comenta que Santos Vega "El payador invencible" anduvo por estos pagos, hoy reconocidos dentro de lo que se denomina "El camino del gaucho".

No tan solo en este, si no también en otros boliches cercanos Santos Vega se habría trenzado en memorables payadas camperas en las que el repentismo criollo creó un verdadero estilo rural.
Tal vez haya sido uno de los tantos gauchos que se arrimo " a remojar el garguero" tras su virtuosa esgrima de palabras en verso.

EL ATERRIZAJE DE JORGE NEWBERY QUE TERMINÓ EN LA PULPERÍA DE PAYRO

EL capitan del aire y multifacético padre de la aviación nacional, Jorge Newbery, habría sido otro de los parroquianos, que por obra de lo impredecible terminó pidiendo auxilio en la Pulpería de Payro.

Se dice que su avión sufrió una avería que lo obligó a aterrizar de emergencia en un paraje cercano. El ilustre aviador, protagonista de innumerables proezas recibió asistencia en el pueblo y pernocto en la Pulpería. 

Si visita , emparentada con la leyenda del lugar, por nadie desmentida, deja una estela tan poderosa como la que dibujaba en el cielo su poderoso avión.

EVA PERÓN, SIDRA, PAN DULCE Y MUÑECAS DE PORCELANA

El Ferrocarril Provincial llegó a tener 902 km de extensión, uniendo cantidad de pueblos de la ruralidad bonaerense. Cuenta la leyenda y lo ratifican algunos testimonios personales, que pasó repartiendo pan dulce, sidra y juguetes para los niños. Aseguran que descendió del lustroso vagón para hacer una pausa en la Pulpería. Hoy en los centenarios anaqueles del Almacén se destacan dos muñecos de porcelana, que muchos aseveran que formaban parte del arsenal de presentes que entregaba en sus multitudinarias recorridas.

EL "VERMUCITO" DE FAVALORO Y EL CORDERO A LA CRUZ 

El eminente Doctor René Favaloro es recordado en la zona por su impactante presencia y su renombrado prestigio. El cardio cirujano era propietario de un campo ubicado a escasa distancia de la Pulpería.

"El Dr. era un amante del cordero asado a la cruz", recuerda un robusto paisano de boina y facon a la cintura. Y prosigue: " tenía la costumbre de venir a tomarse un vermout, mientras se asaba mansamente la deliciosa carne de un cordero cara negra", la variedad más buscada para cocinar a la llama.

La tarde se esfuma. El vidrio empañado del ventanal que da a las vías del tren, dice que el frío afuera aprieta. Adentro la atmósfera es cada vez más cálida. Aromas amables que parecen venir de la cocina dicen que Marcela está fritando pastelitos que junto con las empanadas, colaboran con la fama gastronómica del lugar.

El último rayo del atardecer se estrella sobre el noble muro de la centenaria casona. Le infringe una tonalidad sepia, de leyenda y misterio. Su pasado se adueña del presente y también parece tener al futuro escriturado a su nombre.