Creen que el cuerpo de Cecilia en Chaco pudo ser triturado o desmenuzado
Edición Impresa | 27 de Junio de 2023 | 02:14

Fernando Burlando no dudó cuando le preguntaron si los restos óseos hallados en Chaco pertenecen a Cecilia Strzyzowski, la joven de 28 años asesinada en el marco de lo que, sospecha, fue un plan macabro. Tanto que para el letrado el cuerpo de la víctima pudo ser triturado o desmenuzado con el fin de alcanzar la impunidad.
“El relato -en relación a los acusados- empieza negando una parte de la escena del crimen, que arranca mucho antes con la planificación del asesinato. Porque precisamente es un relato que habla de un viaje (a Ushuaia) y de un cambio de vida y todos habían admitido que era un hecho real. Lo que, obviamente, ya estaban pensando no solamente en el asesinato, sino también en la posibilidad de la impunidad. Porque seguramente en mucho tiempo nadie hubiese preguntado por noticias”, fue la conjetura que realizó el profesional.
En las próximas horas podrían conocerse nuevos detalles del plan para matar a Cecilia
Y añadió: “Creo que pretendían estar con esta maniobra por un largo tiempo. Y todo eso que se rescató a nivel probatorio, de la escena del crimen, del lugar donde fue desmenuzada o triturada, obviamente no se les encontró absolutamente nada. Eso está claro que era en pos de la impunidad”.
Sobre el material hallado, los especialistas del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco consideraron que son humanos y se corresponden a falanges de una mano y de un pie.
De acuerdo al informe de los expertos del IMCiF que fue incorporado al expediente, los restos óseos hallados el 22 de junio pasado tras un rastrillaje realizado en una de las márgenes del Rio Tragadero, lindero a la chanchería del matrimonio de Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña (dos de los siete detenidos que tiene el caso), son humanos “por sus características anatómicas”.
Según el informe, el primero de ellos mide 3,5 centímetros de largo y 0,7 de ancho y se corresponde a una falange de una mano; el segundo 3,5 centímetros de largo y 1,3 de ancho que pertenecen a un dedo del pie; y el tercero de 2,5 centímetros de largo y 2,3 de ancho que “se correspondería a un hueso largo, con uno de sus extremos seccionado, en forma transversal, lo que lo hace estar representado en forma incompleta”.
En el caso del primero, “correspondería a un hueso largo (predomina el largo por el ancho)”, que en uno de los extremos “se puede constatar una carilla articular troclear como la que se observa en falanges de la mano” y que “por las características cromáticas se podría asumir que fueron sometidas a la acción del fuego”.
Respecto del segundo hueso, sería “un hueso largo, en un extremo superficie articular donde expone carilla articular elipsoide y su otro extremo troclear”, correspondiente “a huesos de los dedos del pie”.
Y el último es “un hueso del metatarso del pie por las características cromáticas” que “también hace suponer la acción del fuego”, explica el documento.
Como se recordará, la indagatoria que ofreció Obregón la semana pasada resultó clave para los pesquisas, porque fue el secretario y asistente de la familia Sena quien llevó en persona a los investigadores hasta el lugar en el que fueron hallados.
Obregón contó que el 6 de junio, es decir cuatro días después de la desaparición de Cecilia, se deshicieron de los restos.
“Bajamos con las bolsitas, cada uno llevaba una bolsa, y bajamos por un camino, que es como un sendero, que está al costado izquierdo al Campo Rossi, que baja hacia al río (Tragadero). César desata una y larga todo el contenido de la bolsita, en el límite del agua y la costa, y después con la otra bolsita, lo mismo”, contó a los fiscales.
También habló de una quema y que recogieron las cenizas con una pala.
El imputado contó que toda la situación que había vivido le “pesaba” mucho, a pesar de que todos los demás imputados “actuaban con normalidad”.
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