Los escenarios de un acuerdo con el FMI: una pausa o enfrentar un deterioro mayor

El descarrilamiento de las variables macro se explica por razones que exceden la sequía y que se iniciaron ya temprano en el año pasado

Edición Impresa

El staff del FMI se encuentra en negociaciones con un equipo técnico de Argentina, y se espera que en estos días se conozcan los resultados de estas gestiones. El Gobierno ha venido posponiendo esta instancia, aparentemente por no encontrar suficiente eco al argumento que el descarrilamiento de las variables macro se explica fundamentalmente por el impacto de la severa sequía que afectó la cosecha de la campaña 2022/23.

Este fenómeno ha sido relevante y debería ser contemplado en la recalibración de los compromisos asumidos, pero no se puede ignorar que los desvíos y el incumplimiento de las metas comenzaron a verificarse a poco de ponerse en marcha el programa de facilidades extendidas, en marzo de 2022, según revela un informe del IERAL.

De hecho, el año pasado no hubo sequía, los precios internacionales para la agroindustria fueron récord y el superávit comercial alcanzó a 12 mil millones de dólares, pero el Banco Central sólo pudo acumular reservas por sólo 5 mil millones de dólares. Y esto por el fuerte aumento del endeudamiento del gobierno con los organismos internacionales (en 2022 se obtuvieron préstamos netos por 8,2 mil millones con FMI, BID, Banco Mundial, CAF) y de los importadores con sus proveedores o casas matrices, por una cifra estimada también superior a los 8 millones. Se ensayan argumentos, se aplican medidas puntuales, se intensifican las restricciones al comercio, se desvían importaciones de otros países proveedores a favor de China, pero la dinámica del sector externo no se habrá de alterar en esencia por esos factores, dice el informe de Ieral.

Caída

Argentina pasó de un superávit de la cuenta corriente del balance de pagos equivalente a 1,4 % del PIB en 2021 a un déficit de 0,7 % en 2022, y para 2023 ese rojo apunta a profundizarse hasta el 3 % del PIB. Con déficit de cuenta corriente no hay forma de acumular reservas si no se logra entrada de capitales y/o financiamiento externo, y es ésta la esencia de la fragilidad macro con la que lidia el gobierno. Aún con swap chino y financiamiento de proveedores del exterior, los “números” distan de cerrar, agravados, es cierto, por el impacto de la sequía que se manifestó con crudeza a lo largo del primer semestre de este año.

No hace falta que el staff del FMI publique documentos enfatizando en el atraso cambiario en el que ha ingresado la Argentina. La pérdida de competitividad va mucho más allá del problema de la merma de exportaciones agroindustriales por la menor cosecha. Los datos de comercio exterior divulgados recientemente por el INDEC, con un déficit comercial récord para junio de 1,7 mil millones de dólares, y un rojo acumulado de 4,4 mil millones para el primer semestre, implica un cambio de signo de la balanza comercial de 7,4 mil millones, ya que en el primer semestre de 2022 el resultado había sido positivo en 3 mil millones. Para el acumulado de doce meses, el saldo ya ingresó en terreno negativo, por 423 millones, y muestra también una dinámica difícil de sostener en el plano de las exportaciones industriales y en el monto de las importaciones (por fuera de energía e insumos para la industria aceitera).

En junio, las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial sufrieron una caída de 32,1% interanual por lo que para el primer semestre esta variable registra un descenso de 10,8% en relación a igual período de 2022. Por su parte, las importaciones por fuera de energía e insumos de la industria aceitera se acercaron a los 5,3 mil millones de dólares, en un nivel que sólo temporalmente puede sostenerse por los mecanismos previstos en el swap acordado con China.

Así, no extraña que la merma en las reservas brutas del Banco Central haya sido de 16,7 mil millones de dólares entre fin de diciembre de 2022 y fin de junio de este año, pasando de 44,6 a 27,9 mil millones. El drenaje se explica tanto por el saldo negativo de las operaciones del BCRA en el mercado oficial de cambios, como por pagos que excedieron largamente los desembolsos obtenidos de organismos internacionales, pero también por la constante intervención del gobierno en la punta vendedora del “dólar libre”, que habría insumido 1,1 mil millones en seis meses, a un ritmo cercano a los 200 millones/mes, que apunta a duplicarse en el transcurso de julio.

En ese tobogán, las reservas netas han pasado a terreno negativo, con un rojo superior a los 5 mil millones de dólares, ya que se utilizaron todos los DEG (la moneda del FMI) que quedaban en el activo, y tanto la cuenta en dólares como la de yuanes resulta negativa para el Central, números apenas si compensados por una tenencia de oro por valor de unos 3,8 mil millones de dólares.

Es ese el contexto en el que se desarrollan las negociaciones de estos días en Washington y es por esto que, en el mejor de los escenarios, el acuerdo que pueda lograrse entre el staff y el gobierno habrá de consistir en medidas de corto plazo, que amplíen por tres o seis meses la “normalidad” de la relación financiera con el organismo, pero sin lograr extender el horizonte de mediano y largo plazo para la macro.

Hasta ahora, escenarios extremos como el del corte de negociaciones e interrupción de pagos por parte de la Argentina se han venido descartando, por el hecho que impactaría negativamente en las variables financieras de corto plazo (brecha cambiaria, tasa de interés, evolución de los depósitos bancarios, entre otras), deteriorando las chances electorales del oficialismo.

Existen escenarios intermedios aún sin un acuerdo cercano, ya que el gobierno podría hacer frente a los vencimientos más inmediatos con el FMI apelando a divisas derivadas del swap, pero en realidad necesitaría ampliar esa línea de crédito para evitar incumplimientos antes del 10 de diciembre. Es por esto que se baraja la posibilidad de un arreglo “light”, por el cual se destraban los desembolsos de junio desde Washington (por unos 4 mil millones de dólares) para cumplir con compromisos inmediatos por 3,4 mil millones que caen a fin de este mes y el primer día de agosto. Si el giro de divisas de parte del FMI se demora unas semanas, por cuestiones operativas, pero el acuerdo ya está cerrado, esa ventana de tiempo podría ser cubierta apelando al saldo disponible del swap y otras fuentes de caja del BCRA. Hasta ahora, el Central habría utilizado el equivalente en yuanes de U$S3.325 millones, incluyendo US$1070 millones usados para pagar el vencimiento de junio con el FMI.

Interrogante

Hay que ver, de todos modos, si el staff accede a dar estos pasos a cambio de los compromisos que el gobierno estaría dispuesto a asumir, que no atacan los problemas de fondo, sino simplemente buscan introducir una especie de pausa en el deterioro de las variables. Sobre la mesa de negociaciones, la “oferta” de los funcionarios argentinos consistiría en la generalización del Impuesto País a un buen número de ítems de importación, con una alícuota por definir, y la cuarta versión del “dólar soja”, con algunas innovaciones. En pocas horas será factible corroborar la veracidad de estas conjeturas, o habrá que asumir escenarios que se han venido considerando de “baja probabilidad”. Bajo el supuesto de un acuerdo con objetivos de corto plazo, aun así el sendero a recorrer dista de ser un lecho de rosas. El signo negativo de las ventas netas del BCRA, en próximos meses no podrá ser evitado, siendo que un eventual “Soja IV” podría apenas modificar la estacionalidad de esa dinámica. Al respecto, se estima que el stock en silobolsas podría alcanzar al equivalente a 5 mil millones de dólares, por lo que, teniendo en cuenta las últimas experiencias, el central podría eventualmente capturar entre 1,5 y 2 mil millones de dólares por la reedición de un tipo de cambio especial para soja y derivados, al costo de “secar” los ingresos de meses subsiguientes. La trayectoria descendente de las reservas del

Banco Central de cara a fin de año puede encontrar una pausa, en caso que ocurra este escenario, pero la tendencia no se interrumpirá.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE