Desconcierto por la falta de precios y los aumentos

La devaluación del peso y la estampida del dólar “blue” se manifiestan en la actividad comercial de las Región con algunas faltas de listas de precios, fuertes aumentos en pocas horas y un impacto inmediato en las facilidades de financiación.

Más allá de aquellos productos que componen la canasta básica, la crisis golpea también en la compra y la venta de otros rubros que se requieren para la vida cotidiana, como herramientas, repuestos de equipos y artículos para el hogar.

En líneas generales, y como consecuencia de la incertidumbre económica generada por la disparada del billete estadounidense, en la Ciudad se advierte cierta reticencia por parte de los consumidores para adquirir en este momento productos cuya compra puede esperar a que se calmen un poco las agitadas aguas del mercado.

De todos modos, según coincidieron en los comercios consultados por este diario, el efecto más extremo se vivió el último lunes, cuando subió el dólar oficial un 22 por ciento y pegó un salto el paralelo. Entre el martes y ayer la situación comenzó a tranquilizarse, en el sentido de que comenzaron a aparecer los precios de listas, aunque con incrementos que rondaron, en promedio, un 20 por ciento, según se indicó.

Desde una casa de artículos para el hogar, Juan José Bogani puntualizó como los dos hechos más sobresaliente de estos días de descalabro del valor del dólar el aumento en “todos” los productos y el achique en las posibilidades de financiación para los consumidores. “Los proveedores cambiaron las listas de precios y eso causó un reajuste de precios del 20 por ciento, y por otra parte, la mayoría de los bancos disminuyó a tres las cuotas sin intereses con tarjetas de crédito”, señaló el encargado del local de 7 entre 57 y 58.

En ese caso, con la excepción de un banco público, se acabaron los largos plazos de financiación sin recargos a través de las tartas de crédito. “Esa facilidad es hasta tres cuotas en casi todas las entidades bancarias y lo que estamos viendo es que la gente que se decide a comprar algo lo hace con la plata en la mano, para llevar lo que necesita antes de que pierda más valor”, añadió Bogani.

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Reponer repuestos en los vehículos suele representar un dolor de cabeza en los últimos tiempos, pues encarecen de manera periódica y a veces pueden escasear por las trabas en las importaciones. Ahora, en ese rubro también con subas de hasta un 20 por ciento de un día para el otro, la actividad se complicó.

“En mi comercio no varió el estilo de venta de tres pagos sin interés y los aumentos acompañan el alza del dólar oficial. Muchos proveedores cerraron la entrega el primer día de la devaluación y ahora empezaron a entregar de a poco”, sintetizó Walter Franceschini, dueño de un local de repuestos de autos de la avenida 44 entre 21 y 22.

Pablo Paoli, con ferretería en la calle 57 entre 11 y 12, vivió unos primeros momentos de “incertidumbre total”. Y es que, según contó, “no había precios y se hablaba de aumentos de precios de entre un 20 y un 30 por ciento; ayer -por el martes- y hoy -por ayer- ya empezaron a mandar algunas listas autorizadas, pero algunos proveedores todavía no están vendiendo”.

Ese rubro, opinó Paoli, ”estña fuertemente influenciado por las variaciones del dólar por el tipo de productos que vendemos, y además, en estas situaciones aparecen los especuladores de siempre”.

Por su parte, también señaló el ·”desconcierto” de estos días el integrante de Apymeco (cámara de pymes de la construcción), Fernando Magno. ”El mayor problema se ve con los formadores de precios y proveedores de hierro, que es el material que menos entregan y con los mayores aumentos en los los valores”, remarcó el dirigente , quien sostuvo, por otra parte, que en estas situaciones de desequilibrio de la macroeconomía lo más conveniente es esperar a que las variables se acomoden un poco.

Según aseguró Magno, el 40 por ciento de las ventas en los corralones corresponde al hierro.