El bajón no admite discusiones y es una incógnita cuándo volverá a jugar bien

Insúa volvió a irse conforme de UNO porque el declive del Pincha es evidente. Zuqui se equivocó y pagó. Las fechas pasan, pero no hay mejoría

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

El presente de Estudiantes ofrece un diagnóstico concreto: Perdió confianza, eficacia y convicción, justamente los mejores rasgos que lo habían convertido en un equipo respetable para cualquier oponente y temible para muchos.

Lo poquito que mostró ayer ya no puede catalogarse como otro ingrato resabio de su injusta eliminación copera. Corinthians quedó muy lejos. Está jugando mal. Así de crudo y de sencillo.

Con rendimientos individuales muy bajos y endebles sociedades para progresar en el campo con la pelota en su poder, ayer se le hizo muy difícil poner en aprietos reales al siempre incómodo Ciclón del Gallego Insúa.

Hoy Estudiantes luce impotente. Quiere y no puede. Avanza mucho, pero ataca poco. Apagado Rollheiser, el resto se equivoca porque carece de impronta para romper el molde de lo previsible.

El uruguayo Mauro Méndez prácticamente no entró en juego. Fue un espectador privilegiado de todas las discusiones y bravuconadas que no ayudan para sumar puntos. Algo parecido ocurrió con el colombiano Manyoma, quien sigue tratando de adaptarse a la idiosincrasia de nuestro fútbol y por ahora le esta costando.

 

Estudiantes perdió peso en el área rival y, por eso, se le hace tan difícil facturar para sumar de a tres

 

GASTARON ENERGÍA EN DISCUSIONES QUE HICIERON TODO MUY ABURRIDO

Con un tinte de histeria nada saludable para el brillo del espectáculo, los dos equipos fallaron por imprecisiones en la generación ofensiva.

La permisiva conducción arbitral de Nazareno Arasa cobijó insultos varios y fricciones que infectaron el trámite con interrupciones cansadoras.

Está claro que Estudiantes no transita por un buen momento. Su juego perdió frescura y el nivel personal de Benjamín Rollheiser, el abanderado creativo, ha descendido de un modo que genera inquietud.

El regreso del Corcho mejoró en algo el semblante general del mediocampo porque su buen pase se hizo notar en algunas habilitaciones lucidas, aunque no alcanzó para que el León hiciera sentir acorralado a la brava criatura de Insúa.

Luego de aquel pico de rendimiento tan elevado ante Corinthians el declive fue notorio. Nada ha vuelto a fluir con la naturalidad y destellos de sus mejores producciones.

Ha sido tanta la pérdida de peso y peligrosidad en el área rival que Mauro Méndez sobrevivió el capítulo inicial como un testigo ocular que se quedó con ganas de participar de las acciones.

Los mejores rasgos (aquellos que lo convirtieron en el tramo inicial del ciclo conducido por Eduardo Domínguez en un equipo bravo e incómodo para cualquiera que se le pusiera enfrente) se han borroneado peligrosamente.

¿Cómo hará para cortar de raíz este bajón? Es la pregunta que gobierna la atmósfera albirroja.

El tedio del primer tiempo se prolongó durante los diez minutos iniciales del complemento. El DT Pincha no aprovechó el entretiempo para hacer modificaciones y, a esa altura de la noche cerrada, costaba entender por qué el colombiano Alexis Manyoma seguía corriendo sin rumbo ni aciertos sobre el césped húmedo.

Recién en el minuto 17, un poco tarde por cierto, Domínguez le dio un sacudón al equipo para ver si conseguía la reacción que los hinchas estaban esperando. Eso no ocurrió y encima Zuqui entró a pelear y se fue echado por asumir un protagonismo totalmente insalubre. El equipo necesitaba otra prestación más acorde con su experiencia.

 

Rollheiser volvió a mostrarse sin una gota de precisión. ¿Por qué el técnico no pone a Atum?

 

MATÍAS GODOY, UN DOLOR DE CABEZA QUE ALTERA LOS ÁNIMOS

Sin ningún tipo de comunicación oficial, es un secreto a voces que dirigentes y cuerpo técnico están hartos de las reiteradas faltas de profesionalismo del delantero/carrilero ofensivo que hasta el momento ha rendido de manera poco satisfactoria con la camiseta de la institución.

La contratación de “Discoteca” (así lo apodan desde hace bastante) se posiciona a contramano de lo que podría considerarse una buena decisión. Jamás se asentó como titular y le han llamado la atención en reiteradas ocasiones. Nadie se sorprenderá si al final del semestre Matías Godoy abandona el club.

El domingo, cuando se presente en Rosario, Estudiantes tendrá otra prueba exigente. Con el clásico cada vez más cerca, y también el cruce ante Huracán por la Copa Argentina, Domínguez deberá pensar y ejecutar medidas que ayuden a un equipo sin “poder de fuego”.

 

Estudiantes

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