Vecinos en alerta por un intento de toma de lote

Por segunda vez, un intento de usurpación de un terreno puso en alerta a vecinos y vecinas de un barrio de Villa Elisa. El lote cuya ocupación causa preocupación entre las familias que lo rodean se sitúa en las calles 408 y 29. En 2018 fue blanco, también, de una intrusión, pero con una medida judicial se logró desactivarla, ese juez dio un ejemplo a todos los que demoran las decisiones y de esa manera favorecen a los intrusos.

Hace unos días, las familias de la zona advirtieron la presencia de personas desconocidas en el terreno que con 40 por 40 metros abarca toda la esquina de 408 y 29. Habían arrancado el alambrado perimetral y en pocas horas montaron, siempre de acuerdo con los testimonios vecinales, una casilla de madera. También habían comenzado a avanzar con la mudanza de muebles a ese lugar.

El hecho motivó una reunión de vecinos que plantearon sus inquietudes y trazaron estrategias para evitar una nueva intrusión.

“El martes pasado se presentó un grupo de gente y empezó a armar una vivienda muy precaria, en un terreno sin servicios y enganchándose a la luz. Llegó con un colectivo y una camioneta y empezó a bajar cosas y entrarlas a la casilla”, describió un vecino y prosiguió: “se llenó el barrio de gente extraña que producía ruidos molestos y gritaba a la noche”.

Frente a ese cuadro, los vecinos llamaron a la Policía y radicaron la denuncia en la UFI 15. La familia que había ocupado la parcela fue aprehendida y al cierre de esta edición se le estaba tomando declaración.

A la gente del barrio la situación le causó una gran preocupación porque ese mismo terreno había sido ocupado, supuestamente de manera ilegal, hace cinco años. En aquella oportunidad, el responsable de la usurpación habría sido, según los vecinos denunciantes, un profesional que aseguraba poseer la cesión del terreno y que impulsaba a familias a instalarse en el lugar y armarse de una vivienda.

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“Queremos ponerle punto final a esto -puntualizó el vecino-. Porque no puede ser que cada tanto pasemos por la misma situación”.

En aquel año del primer intento de toma del lote intervino la Delegación Municipal de la Villa Elisa, adonde los vecinos habían recurrido para frenar el delito. Se realizó la presentación judicial y un juez dictó la medida de no innovar. Así, los usurpadores se vieron obligados a abandonar el terreno y la casilla que se había levantado en la oportunidad fue desarmada.

El terreno está destinado a convertirse en predio de recreación y campo de deportes de la Escuela 93, ubicada a unos 60 metros del lugar.

La metodología de intrusión, según señaló una de las vecinas de Villa Elisa es la siguiente: rompen el cerco, ocupan el lote y arman rápidamente una casilla. “En las dos ocasiones lo hicieron de la misma forma”, indicó.