Sentido adiós al joven rapero que murió en el barrio El Dique

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“Mi hermano nunca fue un delincuente. Para todos aquellos que opinan sin saber, `El Rudo` era un pibe que buscaba cambiar la sociedad y mostrar que se podía ayudar sin tener que sacar frutos”. De acuerdo a lo que pudo saber este diario, Tizi Monzón es la autora de ese sentido posteo a través de su cuenta de Facebook y que se motivó, no solo en el dolor por la pérdida de alguien tan cercano y querido, sino además como contrapunto a los graves incidentes que se produjeron en su despedida.

“Ya estás con Dios aunque no lo creo, me niego a creerlo Rodri, pero sé que tengo que dejarte descansar mi bebé. Solo vos sabrás, pero ojalá nos hubiera tocado atravesar la vida de otra manera y poder aconsejarte, cagarte a pedos cuando estabas de bajón… pero Dios lo quiso así”, fue otro de los mensajes que se compartieron desde las redes sociales.

Rodrigo Uriel Monzón tenía 21 años y vivía en una humilde casa de Ensenada, ubicada en barrio El Dique, sobre la calle 126 entre 37 y 38, donde el pasado 9 de enero se quitó la vida.

Era conocido en la zona, rapero y meses atrás había recibido un reconocimiento por parte de la Municipalidad local a causa de su tarea social y solidaria.

La que también salió a hablar fue la mamá del joven. Lo hizo después de los desmanes que se registraron en la puerta de la casa velatoria, donde hubo al menos tres disparos, y en todo el recorrido del cortejo fúnebre hasta su última morada, en el Cementerio Municipal, que terminó con 13 jóvenes detenidos por el delito de “daño”.

“Se fue de las manos. Había mucha gente. Muchos chicos que no conocíamos. Sus amigos, los que lo acompañaban con su música, pero otros también que nunca vimos”, indicó Adriana en una nota a un canal de televisión.

“Los que pintaron no sabemos quiénes eran. No son del grupo de amistades de Rodrigo. Tal vez sí escuchaban su música”, agregó.

“Mi hijo no era eso. Lo querían todos. Era un chico muy solidario”, indicó.

Como se recordará, en el marco del velatorio del joven de 21 años, un grupo de motoqueros ofreció una despedida poco habitual en las calles de Ensenada. Con bengalas, pintadas, pogo y hasta disparos.

En esas circunstancias, los llamados al 911 alertaron a la Policía y, al final, hubo un total de 16 detenidos. Tres por robo y 13 por daños.

 

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