Dolor en el último adiós y un fuerte reclamo de justicia

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Los restos de Tomás Tello Ferreyra, el joven de 18 años asesinado de una puñalada en el pecho la ser atacado por una patota en Santa Teresita, fueron inhumados en la tarde de ayer en el cementerio de Mar de Ajó, luego de que el cortejo fúnebre del que participaron centenares de vecinos y amigos de la víctima se trasladó desde la casa de sepelios y se detuvo frente al domicilio de la víctima.

“Lo único que quiero es que se haga justicia y que todos paguen, que todos vayan presos y que todos tengan perpetua”, dijo Samanta, la madre de Tomás, en la puerta de la cochería “Sepelios Santa Teresita”, donde minutos antes de las 16.30 le entregaron el cuerpo de su hijo para que, sin velatorio, lo inhumaran en el cementerio de Mar de Ajó.

La mujer contó que durante las últimas horas recibió apoyo del Ministerio Público Fiscal y de la Municipalidad, y que estuvo reunida en su domicilio con el intendente Juan de Jesús.

“Como puedo”, respondió la mujer, embarazada, respecto de cómo hace para afrontar esta dolorosa situación y a 9 días de que la internen para dar a luz.

“Yo, como mamá, lo único que puedo decir es cómo era mi hijo”, señaló Samanta, quien pidió a los testigos que aporten todo lo que saben y cuestionó que en la playa donde se produjo parte del ataque “no había policía”.

“Todavía no caí (…) No lo puedo creer”, concluyó entre lágrimas.

Entre los automóviles se hallaba uno de color blanco, en el que viajaba la hermana de Tomás, llamada Camila, con el cuerpo afuera de la ventanilla portando una bandera en la que decía “Aguante Tellito, Te amo, gordo”.

 

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