Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
La Ciudad |PROBLEMAS EN VARIOS FRENTES

Cuando José Hernández se quedó sin los “aplausos para el asador”

Más allá de ser la primera jornada pública de la fundación, fue un mal día para La Plata, con saqueos en la piedra fundamental y otros actos de pillaje

Cuando José Hernández se quedó sin los “aplausos para el asador”

Caja de plomo que estaba con la piedra fundamental

19 de Noviembre de 2024 | 00:53
Edición impresa

“Al mejor cazador se le escapa la liebre”, dice un conocido aforismo. Esto significa que todos pueden tener algún descuido o sufrir algún imponderable, incluso los más expertos. Y esto es lo que le pasó el día de la fiesta de la fundación de La Plata a don José Hernández, a quien los criollos apodaron como “Martín Fierro” ya que fue el autor de esa obra inmortal. Ocurre que Hernández -gran amigo de Dardo Rocha- fue el encargado de hacer el asado popular en Plaza Moreno y era conocido por lo bien que se manejaba al frente de cualquier parrilla.

Era domingo el 19 de noviembre de 1882 y corría un día de sol y de calor ya veraniegos. A Tolosa habían llegado centenares de visitantes que después trasbordaban a un lento tranvía y así llegaban a la Plaza Moreno, centro de los festejos. Las crónicas cuentan que muchos de los recién llegados creían que se encontrarían con una nueva ciudad en pie y sólo vieron un enorme descampado con algunas banderas aquí y allá. Y sólo algunos esqueléticos cimientos, los del departamento de Policía y de la Municipalidad.

Cada uno de los pasajeros portaba una suerte de boleto, que los habilitaba para viajar a Tolosa y participar de la fiesta, así como regresar en tren a Buenos Aires. El primer convoy había partido a las 6 de la mañana y llegó cerca de las 8. La concurrencia en Tolosa fue creciendo ya que un tranvía no alcanzaba, así que empezó el alquiler de carros y de caballos. Muchos otros se fueron caminando hasta la Plaza Moreno.

Existe un dato marginal que debe ser tenido en cuenta acá, para explicar lo que ocurrió. La primera fábrica de hielo en la Argentina nació después, allá por 1914, aún cuando a finales del siglo anterior ya existía la Casa Fonseca que vendía cubitos y hielo en barras. Estaba ubicada en la porteña calle Pueyrredón. Pero nadie se acercó en esos días para adquirirle las grandes cantidades que hicieron falta en la nueva capital.

LA CARNE ABOMBADA

El dato es de interés, porque la carne para el asado popular en La Plata se abombó por el calor existente. Al mediodía el sol golpeaba inclemente sobre los toldos y carpas alzadas en la plaza. Y Hernández, con ese insumo degradado y por su culpa, no pudo ofrecer ni de cerca un buen asado, de modo que el malhumor ganó al lugar.

Un cronista del diario La Nación escribió que todo salió tan mal, que “una comisión compuesta de los más encarnizados enemigos del gobierno del doctor Dardo Rocha no habría podido hacer las cosas mejor para poner a este último en el más espantoso ridículo y hacerlo colmar de maldiciones”.

El cronista aseguraba que la carne estaba en mal estado y que el agua era un bien preciado, “llegándose a cobrar 5 pesos por un vaso de este líquido”. El pozo de donde sacaban agua los obreros estaba a veinte cuadras. Una sufrida procesión marchó en busca de un poco de alivio líquido. “Aquello no fue fiesta, sino martirio”, sintetizó el periodista.

SAQUEO Y UNA MALDICIÓN

Hay una leyenda de origen croata que dice lo siguiente: “Todas las cosas deben empezar mal, porque después irán para bien. En cambio, las cosas que empiezan bien, después irán para mal”. De modo que La Plata tuvo un inicio croata en ese sentido. De modo que puede decirse que en ese primer día la nueva capital empezó muy mal y que luego mejoró.

Hambrientos y sedientos, muchos de los presentes aguardaron que en horas de la tarde se registrara el mayor regreso de personas hacia la capital federal -dicen que algunos de los quejosos fueron asesorados por una bruja india de Tolosa y otros por enemigos políticos de Rocha- de modo que volvieron hacia la piedra fundamental que se había colocado en Plaza Moreno, abrieron la caja de plomo que acababan de enterrar, la profanaron y robaron medallas de oro y otros recuerdos alusivos.

En la novela “France-Ville: La ciudad maldita” del psiquiatra Arturo Philip se hace referencia a esta leyenda: “Cuando alcancé otra vez al grupo, ya se estaba profanando el cofre que se había enterrado esa misma tarde. Mis superiores no pudieron o no quisieron retener a los más excitados quienes, afanados por descubrir lo que celosamente se había guardado, rompieron objetos y provocaron unos minutos de gran desorden. Todos querían algo, violentamente se disputaron cada pieza, muy en especial las medallas y monedas que consideraban de oro y plata. Pronto se armó una batahola de proporciones. Uno de mis superiores tuvo que extraer un revólver y disparar un tiro al aire para calmar los ánimos. Y les dijo que mataría al que no obedeciera o al que alguna vez hablara de lo ocurrido. Los hizo retirar a todos unos cuantos metros y salir del pozo a los que allí estaban, luego eligió a unos pocos para enmendar el desorden”. Es ficción, claro, pero que hubo disturbios nadie los negó.

Se agrega que una vez saqueada la piedra fundacional, comenzó el ritual de la bruja en el corazón mismo de La Plata. Los participantes del maleficio daban vueltas en sentido antihorario alrededor de la piedra siguiendo a la bruja, para lograr que la Ciudad no se desarrollara a la velocidad de otras urbes.

Luego de esto se recitó lo que se conoció como “la maldición de los gobernadores”, con la cual Roca se aseguraba que Rocha nunca llegara a la presidencia de la Nación, así como tampoco podría llegar a ese cargo ningún gobernador de Buenos Aires que se lo propusiera”.

Sobre este punto, algún gobernador ambicioso mandó a realizar a fines del siglo XX una suerte de “contrabrujería” clandestina en Plaza Moreno, pero el hombre no llegó al sillón de Rivadavia por el mandato de las urnas.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla