Profesiones de riesgo: los que se juegan la vida en cada noche en La Plata

Hay profesiones en La Plata que son muy riesgosas, no tanto por sus características intrínsecas, sino por los factores externos con los que se relacionan. En las calles de la Ciudad hay peligros reales todo el tiempo y, fundamentalmente, en horas de la noche.

Un sector que puede dar cabales muestras de lo que se está hablando es el de los taxistas, acostumbrado a lidiar con la inseguridad y la violencia a cada rato.

Sin dudas son tiempos muy complicados los actuales y los choferes muchas veces tienen lo peor sobre sus espaldas.

Con movimientos limitados para poder escapar de cualquier ataque, aplica para ellos la popular frase: “Son carne de cañón”.

Con un servicio que opera las 24 horas, los trabajadores al volante enfrentan diariamente desafíos que van más allá de la simple conducción.

El aumento de la delincuencia ha llevado a muchos de ellos a vivir momentos de tensión.

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Según los representantes de las distintas vertientes sindicales en los que se nuclean, se siente un incremento en el nivel de violencia en cada robo. Y esto viene en un espiral ascendiente.

“A veces, el miedo se vuelve parte de nuestro trabajo”, comentó un taxista con varias temporadas de experiencia. “Es difícil saber con quién te vas a encontrar en cada viaje”, agregó.

La ausencia de medidas de seguridad adecuadas en los vehículos también es fuente de una gran preocupación.

En ese contexto, muchos taxistas han optado por instalar cámaras internas y otros sistemas de alerta para protegerse durante su jornada laboral.

Sin embargo, estas medidas no siempre son suficientes. Por eso las múltiples reuniones que se han planteado con las autoridades para que se implementen políticas que garanticen una mayor seguridad en ese tipo de transporte, que también viene muy castigado desde lo económico.

La competencia con servicios de viajes por apps o, alternativos, ha golpeado severamente sus ingresos, lo que empuja siempre a un trabajo a destajo, aunque sea en momentos del día más complicados.

“Trabajamos largas jornadas, y a veces la presión que se siente es agobiante”, indicó otro chofer. “Y ni te cuento cuando te enfrentás a episodios de inseguridad”, describió.

La salud mental de los taxistas también ha sido un tema de creciente debate.

El estrés y la ansiedad provocados por la ola delictiva y, la presión por la recaudación, también pueden tener un impacto muy negativo en su salud psicofísica.

PESADILLA EN EL PALIHUE

Hace nada, un chofer de taxi de la empresa APT, que cubre el horario de 17 a 05, levantó a una mujer trans y a un hombre en la parada de las calles 1 y 63, plena zona roja.

De acuerdo a su relato, fue poco después de las tres de la madrugada, que le indicaron un viaje hasta 122 y 602, en El Palihue.

En ese lugar, destacó el taxista, le dijeron que los espere, porque iban a comprar droga.

Enseguida, mencionó, se metieron en una casa de color blanca, donde había varios jóvenes en la puerta.

En esas circunstancias, tras aguardar unos minutos, los pasajeros volvieron y retomaron el viaje por un par de cuadras más, hasta que volvieron a bajarse.

Ahí, explicó el conductor, apareció un joven con el torso desnudo, que saludó a la mujer trans, de quien sería sobrino y se colocó en el asiento de atrás.

El joven le pidió que lo alcanzara hasta la Plaza de 122 y 600 y se comprometió a cubrir el gasto de todo el recorrido.

Sin embargo, sus planes eran otros, ya que terminó sacando un arma de fuego, con la que le apuntó a la cabeza y le exigió la entrega de sus pertenencias.

Por temor a sufrir algo malo, el chofer no opuso resistencia y cedió la plata que tenía encima, unos 50 mil pesos más su teléfono celular.

Ya con el botín en su poder, el declarado ladrón se dio por satisfecho, abrió la puerta y se perdió entre la oscuridad de la noche.

El damnificado, de 43 años, dentro de lo mal que la pasó, al menos no sufrió heridas.

Por eso, resignado, puso primera y manejó hasta la sede de la seccional decimosexta (Ponsati), donde radicó la denuncia del caso.

Ahora el hecho está en fase de investigación, bajo directivas de la UFI Nº 9 de Autores Ignorados de La Plata.