Marcelo Méndez, en busca del equipo perdido

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Sin margen para el descanso, el plantel tripero entrenó ayer por la mañana a las órdenes de Marcelo Méndez. Con poco tiempo de trabajo, el Lobo deberá afrontar dos encuentros en el Juan Carmelo Zerillo: el martes contra Central Córdoba y el sábado ante Newell’s Old Boys.

Muy lejos de una posible clasificación a la Copa Sudamericana, Gimnasia deberá ganar de local, una deuda que tiene este equipo que -luego del receso por la Copa América- ganó solamente un encuentro en el Bosque (1-0 a Argentinos Juniors), mientras que acumuló dos empates y cuatro derrotas. Son fortalecer la localía, todo esfuerzo por mejorar será vano.

Por primera vez en el campeonato, el DT uruguayo desarticuló la ofensiva de tres hombres para darle un formato distinto al ataque, con solo Norberto Briasco (sigue en deuda) y Rodrigo Castillo como dupla para fortalecer el resto del equipo. Si bien en las últimas fechas antes de este 0-0 en el Ducó el equipo convirtió (de hecho, le hizo dos a Unión y también convirtió contra Boca y Sarmiento) el Lobo está lejos de generar las posibilidades de gol de la primera parte del ciclo Méndez, Y como contrapartida, es permeable defensivamente.

Para el partido del martes, Gimnasia no podrá contar con Nicolás Garayalde, que ante Huracán acumuló la quinta tarjeta amarilla. De repetir esquema, el entrenador charrúa deberá optar para reemplazarlo entre Augusto Max y Lucas Castro, jugadores de características diametralmente opuestas. La lógica dice que jugará el Pata, pero habrá que ver como sobrelleva la seguidilla de partidos, ya que ante Huracán fue al banco de suplentes justamente por cuestiones vinvuladas al desgaste físico.

Por lo demás, Matías Abaldo seguirá al margen del equipo, ya que se está recuperando de una pubalgia que le impide desenvolverse con naturalidad. Por lo tanto, es improbable que el esquema vuelva a tener tres delanteros si ellos no aseguran el desequilibrio de los primeros tiempos del ciclo, cuando el extremo uruguayo estaba bien y Benjamín Domínguez (más valorado hoy que cuando estaba en el equipo) desequilibraba y aportaba gol por la izquierda.

El desafío para Méndez es rearmar un equipo confiable. Quizá no aquel que impresionó con una propuesta fresca y ofensiva, con presión alta y buen manejo del balón, aún asumiendo riesgos defensivos., pero seguramente sí un equipo más confiable, ordenado y que pueda establecer bases para el crecimiento. El DT tiene crédito para hacerlo.

 

Gimnasia

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