Cayetana Fitz-James Stuart: una excéntrica duquesa de Alba, con una vida alocada y controvertida

María del Rosario Cayetana Victoria Alfonsa Fitz-James Stuart y de Silva, mejor conocida como la Duquesa de Alba, falleció en el sevillano Palacio de Las Dueñas a sus 88 años.

Aseguran que quienes tuvieron la oportunidad de conocerla y seguir la vida de esta aristócrata incombustible y "peleona" como a ella le gustaba definirse, sabían que más allá de los títulos nobiliarios o de su posición social, en la Duquesa de Alba, se encontraba a una mujer cercana a la gente con una vitalidad contagiosa ante cualquier circunstancia. 

Su rebeldía fue su característica durante los años en que la prensa se posó sobre ella, especialmente durante su edad madura.

Nacida en 1926 en la capital de España, fue hija de Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, Duque de Alba y de Berwick, y María del Rosario de Silva y Gurtabay, Marquesa de San Vicente del Barco. A los seis años su madre falleció y quedó bajo la tutela de su padre, con quien siempre se mostró cercana y al que expresó gran cariño. 

Nutrida por una infancia cosmopolita entre Madrid, París y Londres, una juventud que la acercó en amistad a grandes aristócratas (como la Reina Isabel de Inglaterra) y una etapa adulta de desenfado en las playas de Ibiza, en la Duquesa de Alba se forjó una personalidad desafiante, libre y poco convencional, cualidades que resaltaban ante una sociedad sobria y en desuso que necesitaba una bocanada de aire fresco para no perecer, pero que en ella moldeó un ícono que trascendió a su época.

Con 57 títulos, era la noble con más títulos del mundo y la mujer más rica de España, ¡con un patrimonio de 5.000 millones de dólares! Pero era más conocida por su excentricidad, su extravagante sentido de la moda, sus cirugías plásticas y por casarse con toy boys. ¿Su nombre completo? María del Rosario Cayetana Paloma Alfonsa Victoria Eugenia Fernanda Teresa Francisca de Paula Lourdes Antonia Josefa Fausta Rita Castor Dorotea Santa Esperanza Fitz-James Stuart y Silva. 

En octubre de 1947, Cayetana, de en ese entonces 21 años, se casó con Luis Martínez de Irujo y Artázcoz, hijo del duque de Sotomayor. Lució una corona de diamantes y perlas y llegó a la Catedral de Sevilla en coche de caballos, mientras 2.500 invitados y cientos de miles de personas abarrotaban las calles.

El New York Times la calificó como la boda más cara del mundo, ya que costó 20 millones de pesetas, más de 10 millones de dólares actuales. La boda fue tan grandiosa que eclipsó la de la princesa Isabel un mes después.

El 2 de octubre de 1948, un año después de casarse, Cayetana y Luis Martínez dieron la bienvenida a su primer hijo y heredero, Carlos Fitz-James Stuart, XIX duque de Alba. Su hijo sigue vivo hoy y encabeza la Casa de Alba, una de las familias más destacadas de la aristocracia española.

Dos años después, Cayetana tuvo otro hijo, Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, XVIII duque de Híjar. Posteriormente, en 1953, su padre falleció debido a complicaciones tras una operación de pulmón. Cayetana heredó el impresionante arsenal de títulos de su padre, que incluía 18 condados, 14 grandezas y cinco ducados, entre ellos el ducado de Berwick.

En los años 50 y 60, Cayetana tuvo cuatro hijos más, tres varones y una mujer.

La lista es demasiado larga para nombrarla, pero acabó heredando 57 títulos nobiliarios, lo que la convirtió en la noble con más títulos del mundo, incluida la difunta reina Isabel II de Inglaterra.

También heredó sus numerosas propiedades, incluido el impresionante Palacio de Liria de Madrid, del siglo XVIII, al que devolvió su esplendor después de que sus fachadas fueran destruidas durante la Guerra Civil española.

Cayetana se puso en la piel de su padre y empezó a manejar con maestría los medios de comunicación. Con el paso de las décadas, transformó la imagen pública de su familia, que pasó de ser una dinastía tradicional de ricos a una familia moderna de famosos y filántropos. Una mujer de espíritu libre, moderna y artística dirigía la familia.

Era ya el mayor terrateniente de España, con 34.000 hectáreas. A modo de comparación, el Principado de Mónaco cabría en ese espacio 170 veces.

Cayetana trabajó duro. Igual que había transformado la visión que el país tenía de la aristocracia, se convirtió en una de las favoritas del público, las revistas y la televisión.

En su juventud, era famosa por su belleza, pero cuando los estragos del tiempo la envejecieron, recurrió a la cirugía estética. La Duquesa se habría sometido a más de 60 intervenciones quirúrgicas, que alargaron su rostro, mientras que las inyecciones de relleno redujeron sus ojos a agujeros de alfiler.

El Daily Mail escribió que con su encrespado peinado de "caniche", "su cara estaba tan estirada por repetidas cirugías plásticas que a menudo parecía un pequinés con botox". Un amigo de la familia admitió que "claramente lo llevó demasiado lejos".

Cayetana falleció tras sufrir una neumonía, rodeada de su familia en el Palacio de las Dueñas el 19 de noviembre de 2014. Tenía 88 años. Miles de españoles le rindieron homenaje mientras su cuerpo reposaba en el Ayuntamiento de Sevilla.

Al fallecer Cayetana, su hijo mayor, Carlos Fitz-James Stuart, XIV duque de Huéscar, heredó todos los títulos de Alba de su madre. Según el Libro Guinness de los Récords, Cayetana fue la persona con más títulos del mundo: siete veces duquesa, 22 veces condesa, 14 veces Grande de España y 24 veces marquesa.

Ese récord lo tiene ahora otro miembro de la aristocracia española, la princesa Victoria de Hohenlohe-Langenburgo, vigésima duquesa de Medinaceli. Ella sólo tiene 43 títulos.

La XVIII Duquesa de Alba fue también la mujer más rica de España. Su riqueza procedía de ser la terrateniente privada más importante de España, propietaria de palacios, castillos, casas de campo y fincas por todo el país. Algunos afirman que se podía atravesar España de norte a sur sin salir de sus fincas. Cuando Cayetana falleció, se calculaba que su fortuna ascendía a 5.000 millones de dólares. 

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