Los hinchas de Gimnasia con cuestionamientos y reproches para todos

Gimnasia tuvo una jornada para el olvido ayer en el Juan Carmelo Zerillo y cayó sin atenuantes ante un Instituto de Córdoba que sobre el final le hizo precio. Terminó siendo una durísima derrota por 3-1, que culminó con reproches, cuestionamientos y cánticos contra todos.

Ya durante el primer tiempo el público Mens Sana se había hecho escuchar ante la displicencia que mostró el once de Leonardo Madelón, sin ideas ni rebeldía.

Sin embargo, el gol de Benjamín Domínguez calmó un poco las aguas y el equipo, en el amanecer del complemento, mostró algo de vergüenza deportiva, ya con uno menos, para intentar dar vuelta una historia muy compleja.

Poco le duró al Lobo, con una nueva pérdida en ataque que desembocó en la contra letal de Instituto ante un equipo muy abierto y un penal cometido por Sánchez que terminó en el 1-2 tras la definición de Puebla.

A partir de allí, el Bosque cambió la energía y lo que era apoyo y creencia de que se podía dar vuelta la historia, pasó a ser reclamos con múltiples direcciones.

En primer lugar hacia la dirigencia, por un mercado de pases amplio en nombres y no así en jerarquía. Sobre todo teniendo en cuenta que el Lobo terminó el 2023 a un partido de perder la categoría.

En segundo lugar para un Leonardo Madelón que no termina de encontrarle la vuelta al once. Titularidades que se mantienen y que los hinchas no comprenden y niveles que están muy lejos de lo que pueden dar e incluso de lo que ya han dado.

Y en tercer lugar, a los jugadores, ausentes ayer ante un elenco cordobés que fue prolijo y que en todo momento se mostró superior en idea y ejecución a los platenses.

La noche terminó con muchísima bronca, cánticos apuntados hacia todos las partes, el clásico “jugadores...” e incertidumbre total de cara a lo que viene.

Gimnasia hizo poco y lo que hizo lo hizo todo mal. Ahora Madelón y los suyos tendrán que preparar el encuentro del miércoles ante Argentinos en La Paternal.

El tiempo no sobra y la necesidad de resultados y sobre todo de rendimientos apremian a un grupo que llega golpeado y cargado de dudas, tanto puertas adentro como puertas afuera.