“Inseguridad XXL” en La Plata: salieron por el feriado y les robaron todo
Edición Impresa | 1 de Abril de 2024 | 02:58

Además de un incremento de las actividades al aire libre en las plazas y parques de la Región y de los viajes a distintos destinos turísticos, la Semana Santa representa para el ambiente del hampa una inmejorable oportunidad de delinquir a sus anchas.
Por un lado, los motochorros ponen en práctica sus habituales prácticas, aprovechando que las calles se muestran vacías de patrullajes.
Pero los delincuentes especializados en cometer atracos empleando la modalidad conocida en la jerga urbana como escruche, son los que mejor la pasan, ya que se ven beneficiados de que cientos de vecinos de la Región se trasladan a distintos rincones de nuestro país para disfrutar de un descanso, dejando sus moradas solas o con un escaso nivel de vigilancia.
Así, mientras las familias se lanzan a la aventura de recorrer nuevos lugares para disfrutar de un alto en la desgastante rutina, otros aprovechan para copar sus domicilios y adueñarse de sus bienes sin ningún tipo de resistencia.
Como sucede en la mayoría de los casos, al retornar a su vida, todas las experiencias positivas acumuladas durante el viaje, terminan eclipsadas cuando al abrir las puertas de sus viviendas se dan cuenta de que han sido blanco de la inseguridad.
Si algo positivo se puede sacar de la situación antes descripta es que, como dice el dicho, “ojos que no ven corazón que no siente”. Al menos estas familias se enteran de lo que ha pasado cuando llegan a sus casas. El golpe es recibido in situ.
Distinto es el escenario de quienes toman conocimiento del atraco cuando se encuentran lejos de la Ciudad.
Si bien el robo en sí ya representa un mazazo, estar a cientos de kilómetros sin chances de poder hacer nada, potencia aún más el nivel de desesperación y angustia.
Justamente esto fue lo que le ocurrió en las últimas horas a una familia platense, cuya residencia se encuentra ubicada en la zona de Parque Saavedra.
Con las expectativas y el entusiasmo propios de un viaje, los damnificados -cuya residencia se encuentra en 70 entre 12 y 13- emprendieron el pasado jueves una escapada a la Costa.
Sin embargo, ese plan fue arruinado por un grupo de delincuentes, que se aprovechó que la casa estaba deshabitada.
De este modo, la familia pasó a engrosar la ya de por sí abultada lista de víctimas de hechos delictivos de este tipo en La Plata y su zona aledaña.
Fue el ex suegro de las víctimas, quien debió encargarse de dar tan amarga noticia a través de un llamado telefónico.
La maniobra fue advertida ayer alrededor de las 11 de la mañana, cuando un vecino notó una serie de “irregularidades” en la casa.
Como lo que vio le preocupó, llamó al 911 y fue así que se confirmaron sus sospechas, toda la casa estaba revuelta.
El hombre no contaba con el teléfono de sus vecinos, así que debió esperar a que se hiciera presente en el lugar el ex suegro de las víctimas, quien había asumido la tarea de “darse una vuelta” todos las tardes para ver que todo estuviese en orden.
Justamente eso fue con lo que no se encontró ayer.
Cuando apenas ingresó a la casa, descubrió que la puerta estaba abierta y que presentaba claros signos de haber sido barreteada en la zona de la cerradura.
Fue en ese momento que apareció el vecino para pedirle por un lado que se acercara a la comisaría y que avisara a los perjudicados.
Con respecto al botín sólo se pudo confirmar que se llevaron dos televisores.
Esta familia no fue la única que terminó viviendo un calvario durante su estadía en otra Ciudad.
La misma situación le tocó vivir a una pareja que reside en 133 entre 529 y 530.
En esta oportunidad, la vecina, que se dio cuenta del robo, ya que se su perro, en medio de la madrugada, no paraba de ladrar, sí contaba con el número de sus colindantes.
Luego de comprobar a través de una ventana que, efectivamente, la casa se encontraba toda revuelta,llamó a la Policía y a las víctimas, que se hallaban en Junín.
A raíz de que las víctimas aún se encuentra de viaje, estaba pendiente de entrega un inventario de los objetos de valor que se llevaron.
A simple vista, se detectó que, al igual que en el caso antes citado, la ausencia de dos televisores.
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