La Iglesia sacudida por la salida del Arzobispo de La Plata: la trama de la sorpresiva renuncia y cómo se elegirá al sucesor de Mestre

Monseñor Gabriel Mestre anunció que fue removido por contrapuntos sobre su anterior administración en Mar del Plata

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La sorpresiva salida del arzobispo de La Plata Gabriel Mestre sacudió ayer a nuestra arquidiócesis y a todo el Episcopado argentino. Fue luego de que se conociera oficialmente que el papa Francisco le había pedido la renuncia, en el marco de diferencias sobre la administración del obispado de Mar del Plata, del cual Mestre provenía. Además de la comunicación oficial del Vaticano, la dimisión y los motivos fueron expresados en una carta abierta que el propio prelado difundió, en la que anunció su abrupta despedida.

Nombrado por Francisco, Mestre (55) había llegado al Arzobispado platense en septiembre del año pasado, para suceder al ahora cardenal Víctor Manuel Fernández. Ayer, pocas horas después de ratificarse su salida, se oficializó que será reemplazado de forma interina por Alberto Bochatey, como “administrador apostólico” de la arquidiócesis.

La decisión del Papa se conoció por la mañana, al publicarse el boletín oficial vaticano, que anunció: “El Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis Metropolitana de La Plata (Argentina), presentada por su Excelencia Reverendísima monseñor Gabriel Antonio Mestre”. Sin embargo, el texto no explicó las razones de la medida.

Poco después, Mestre difundía una carta abierta a la comunidad, en la que confirmaba su salida y abundaba que ésta se relacionaría con problemas planteados en la diócesis de Mar del Plata, de donde provenía antes de ser designado en nuestra ciudad.

Según reveló el propio prelado en la misiva, Mestre fue convocado a Roma entre el miércoles y el jueves pasado, donde se le pidió la renuncia.

“Hoy dejo de ser el pastor de ustedes. Quiero decirles que he sido muy feliz estos ocho meses y medio y por eso se los agradezco de corazón”, dice el texto. Y añade: “Días atrás, la Santa Sede me convocó en Roma a dialogar sobre algunos aspectos de diócesis de Mar del Plata, luego de mi traslado a La Plata, al ser designado arzobispo metropolitano por el Papa”.

Y completa: “En la Ciudad Eterna, después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el Papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense”.

El 18 de julio de 2017, el Sumo Pontífice había designado a Mestre como obispo de la diócesis que lleva el nombre de la ciudad balnearia. En julio del año pasado, en coincidencia con el nombramiento de cardenal de Vìctor Manuel Fernández, Francisco decidió su designación como arzobispo platense.

Desde entonces, en Mar del Plata se sucedieron tres obispos. Fuentes vinculadas al ese obispado indicaron que el Papa nombró en enero como administrador apostólico al jesuita Ernesto Giobando, una de cuyas primeras medida habría sido la de separar del cargo al responsable del manejo de las finanzas de esa diócesis, el padre Luis Albóniga, enviándolo a Jujuy, donde acompaña al monseñor César Daniel Fernández.

El traslado de Albóniga se produjo a pocos días de la llegada de monseñor Giobando. En esas jornadas, un sacerdote marplatense anunció a los fieles de la parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen que “la Iglesia le ha pedido al padre Albóniga un tiempo fuera de la diócesis, luego de su tarea como administrador diocesano, y entendiendo que es bueno para él”.

Aunque no existió ninguna información oficial, trascendió que algunos malos manejos financieros podrían haber sido la causa de la separación de Albóniga, que desarrolló sus tareas también en la época en la que Mestre presidió la Curia marplatense.

SORPRESA

Ayer, la dimisión de Mestre causó un profundo impacto en la comunidad en general, en el Episcopado nacional y en la estructura eclesiástica local, en momentos en que estaba en marcha el recambio de varios titulares de parroquias locales, en un proceso que quedaría ahora en suspenso al igual que otras iniciativas que Mestre había impulsado.

Luego de su llegada desde Roma, el sábado pasado Mestre no se presentó a presidir la ceremonia de posesión del nuevo párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, el padre Juan Crivaro, algo que llamó la atención, aún cuando no se conocía todavía ninguna noticia sobre su renuncia. Sin embargo, por la mañana monseñor ofició el tradicional Tedeum del 25 de Mayo , con la participación del gobernador, Axel Kicillof, y el intendente, Julio Alak, en la Catedral pero en su discurso no había hecho alusión al tema ni hablado de despedidas.

Ayer, en otro comunicado oficial, el Arzobispado anunció la suspensión hasta nuevo aviso de la conferencia de prensa prevista para hoy, en la que se anunciaría la colecta anual de Cáritas, “dadas las circunstancias de público conocimiento”.

Un tercer comunicado oficial difundió, más tarde, el decreto del Papa que designa al obispo auxiliar Alberto Bochatey como “administrador apostólico”, hasta que se elija un nuevo Arzobispo.

Poco después, Bochatey difundió una carta en la que agradeció la “confianza” por parte del Vaticano para la administración interina, y llamó a estar “unidos y serenos, tanto pastores como laicos” porque “los pobres quieren escuchar nuestras obras y no nuestras palabras”.

Cómo se elegirá al nuevo Arzobispo

La vacante que dejó Mestre, así como la de cualquier sede arzobispal, se llena de la misma manera como la de un obispado ordinario que conlleva el nombramiento directo del Papa.

Se indica que es necesario que tenga más de 35 años y que aún no llegue a los 75 ya que esa es la edad en la que deben presentar su renuncia. Además se deben hacer consultas por escrito a obispos, algunos sacerdotes, laicos y religiosas, con una lista de candidatos y se les pregunta a quiénes consideran que podrían ser y por qué. Se presenta una terna de candidatos y el nuncio es el encargado de enviarlo al Papa, quien toma la decisión.

Después de que el Papa toma la decisión, el Nuncio llama al candidato elegido, y se le consulta si acepta. Se trata de una de decisión personal, pero si el candidato acepta no puede anunciarlo ya que primero debe publicarse por El Vaticano. Si no acepta, se retoman las consultas.

Si la persona nombrada es un sacerdote se comienza el proceso para ordenarlo obispo, el cual también debe ser nombrado por el Papa y luego ya se efectúa una ceremonia de toma de posesión como Arzobispo.

Lo cierto es que por ahora no han surgido candidatos para reemplazar a Mestre, que ayer renunció a pedido de Francisco.

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