Gimnasia vs San Lorenzo.- Derrota del Lobo y silbatina: clima caliente previo al clásico ante Estudiantes

A este ritmo, Marcelo Méndez está gastando muy rápido el crédito ganado. Con las decisiones y los tiempos del mercado, los dirigentes se exponen ante cada mal resultado. Jugando así, los jugadores triperos exponen sus limitaciones. Anoche, en la derrota 1-0 frente a San Lorenzo (la primera victoria del Ciclón en el campeonato), Gimnasia terminó pateando al arco su primer tiro en ¡180 minutos! En la última acción del descuento. Un presente preocupante, más aún ante la importancia del partido del domingo, en el cual no habrá lugar para fundamentalismos tácticos. Porque queda claro que este equipo no está para jugar como Méndez quiere, sino para tratar de rearmarse desde donde pueda.

Insultos, silbidos, reproches. Gimnasia no mostró nada y la endeblez que muestra el equipo generó una enorme preocupación. Por el presente, por el futuro y porque está derrota fue en vísperas del clásico.

Cristian Tarragona, en tal vez su último partido antes de irse de San Lorenzo, le dio la victoria a su equipo justo frente a Gimnasia / Fotobaires

Cómo cada vez que juega en el Bosque, Gimnasia propuso un partido abierto, con el mediocampo como zona de tránsito rápido. Así, se dio un juego con mucho ida y vuelta, con gran dinámica y precisión más bien escasa.

Sin embargo, al Lobo le costó mucho hacer pie y el que no falló fue Cristian Tarragona, que tuvo tiempo para acomodar la pelota tras el rebote que dio Insfrán luego de la primera llegada a fondo del Ciclón. El 1-0 para San Lorenzo a los 16 minutos de juego fue un golpe duro para el equipo de Marcelo Méndez.

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“Movete Gimnasia, movete”, fue el canto de los hinchas, mucho más cerca del reclamo que del aliento. Al Lobo le costó mucho recuperar la pelota en el centro del campo, con mucha gente del equipo visitante contra un solitario Agustín Bolívar. Y cada vez que San Lorenzo pudo correr en el contragolpe, la defensa tripera siempre dio sensación de endeblez.

Tarragona tuvo el segundo cuando aguantó la pelota de espaldas al arco y resolvió con un tacazo que obligó a una muy buena reacción de Nelson Insfrán. Más allá del 1-0, la sensación era que San Lorenzo estaba más cerca del segundo gol que el Tripero de llegar a la igualdad.

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Otra vez Insfrán agigantó si figura ante Tarragona, al achicarle el espacio y el ángulo de disparo tras una nueva contra en la que Leguizamón encontró campo libre tras una excursión ofensiva de Valentín Rodríguez que, ante la pérdida, no tuvo relevos ocupando ese espacio libre. Una acción detrás de otra, Gimnasia mostró sus problemas en la marca ante un rival que siempre encontró espacios para jugar.

El propio Tarragona tuvo una chance clarísima. Un error de Juan Cruz Cortazzo, que perdió la pelota en la salida ante Braida, terminó en un centro para el 9 del Ciclón que definió inexplicablemente mal cuando Insfrán aparecía condenado al fusilamiento.

Fue muy malo el rendimiento de Gimnasia en la primera mitad, especialmente desde lo colectivo. Y sin individualidades que asomaran la cabeza para levantar la mano y tirar del carro de un equipo que quedó a mitad de camino entre el que quiere ser y el que puede ser hoy.

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El ingreso de Nicolás Garayalde para jugar los segundos cuarenta y cinco minutos en lugar del Pata Castro le aportó un poco más de orden a un equipo que salió al complemento con otra actitud, al menos con la intención de dejar de ser el equipo largo y blandito de la primera parte.

Sin llegar con jugadas de gol al arco de Altamirano, Gimnasia pudo poner el juego en campo rival y, por lo menos, sostener una imagen más sólida. Ya San Lorenzo dejó de encontrar espacios, no tuvo la pelota y el partido fue mucho más parejo y previsible.

“El domingo cueste lo que cueste tenemos que ganar”, el grito de los hinchas en el final

Méndez cambió el dibujo con el ingreso de Franco Troyansky por Agustín Bolívar. Así, Garayalde tomó el medio acompañado por De Blasis y Troyansky jugó más cerca de Castillo. Minutos después, con el ingreso de Rodrigo Gallo por Zalazar, el uruguayo Valentín Rodríguez terminó en su viejo puesto de delantero por izquierda.

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“El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar” fue el reclamo que bajó desde las tribunas, mientras el equipo buscó el gol del empate desde el empuje y las ganas, porque el fútbol no apareció en toda la noche.

La impotencia del equipo fue tal que, al margen de las ganas, Gimnasia nunca encontró la forma de generar algo de juego. Ni siquiera supo poner la pelota dentro del área para soñar con un rebote o un error. Y cuando parecía que no había nada más, Rodrigo Castillo se generó una acción de riesgo y la pelota terminó en el tiro de esquina. Así, se le fue el partido al Lobo. Y la silbatina del final se hizo notar, como queja en el presente hacía el equipo, con insultos a la Comisión Directiva y con un clima que se recalentó en la previa del clásico del próximo domingo.

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