Murió "el abuelito de las golosinas": acusado de violaciones en La Plata, estaba prófugo y con otro nombre

"Inspiraba ternura y era una hiena". Con esa frase describieron este sábado en la localidad rionegrina de Cipolleti al informar el fallecimiento de un anciano conocido como 'Leo', famoso entre los residentes esa ciudad por vender golosinas en una esquina transitada y que murió debido a una afección cardíaca.

"Durante años, el abuelo había estado ocultando un oscuro secreto detrás de su rostro amigable y su actitud humilde", se indignaron al conocer su verdadera historia.

Según publicó el diario La Mañana, "con una gorra negra y gafas del mismo color, Leo afirmaba ser un jubilado de un banco de Mar del Plata allí sobre calle Alem donde se apostaba con su modesto negocio ambulante. Decía que su jubilación, junto con lo que ganaba vendiendo golosinas, era suficiente para mantenerse. La gente lo veía con simpatía, algunos hasta sentían pena y se ofrecían a ayudar al 'abuelito de las golosinas'. Sin embargo, todo cambió tras su muerte".

Creen que falsificó sus datos y tras su muerte se pudo conocer que se trataba de un prófugo que un importante prontuario. Estaba acusado de violar y fotografiar a menores de edad. El último caso fue en La Plata.

Su nombre real era Alfredo Jorge Campanella, acusado de violar a dos menores en un hotel alojamiento hace varios años.

La justicia penal de La Plata en el 2017 le había dictado la prisión preventiva a Campanella, un publicista que en aquel momento fue acusado de drogar y abusar sexualmente de dos hermanas menores de 10 y 11 años en un hotel de La Plata.

La investigación del Gabinete de Criminalística de Cipolletti, utilizando el sistema Fibios (Centro de Investigaciones Biomoleculares para reconocer un ADN), permitió identificar a Leo como Campanella. Los crímenes por los cuales se le imputaba eran escalofriantes. Antes de someter a las menores, las llevaba a lugares de entretenimiento como el cine y la República de los Niños. Luego, se registraba en hoteles alegando que las niñas eran sus sobrinas, solo para después violarlas y fotografiarlas.

El caso conmocionó a la comunidad de Cipolletti, que nunca sospechó la verdadera identidad del hombre que, a pesar de su apariencia amigable, estaba huyendo de una posible condena de hasta 50 años de prisión. 'Nunca quiso fotos ni propaganda,' recordó Miguel Angel Parra, periodista de MisNoticias.com.ar.

La Plata

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