Se profundiza la crisis social: el 63% de los chicos es pobre en el país
Edición Impresa | 16 de Agosto de 2024 | 03:08

A horas de que un informe de UNICEF diera a conocer que un millón de chicos argentinos se van a dormir sin comer, la Universidad Católica Argentina reveló ayer otro dato no menos estremecedor: el 62,9% de los niños y adolescentes vive en situación de pobreza y el 16,2% se encuentra en la indigencia en nuestro país. Se trata de la cifra más alta desde 2010.
Los datos surgen del estudio “Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Argentina 2010-2023″, una investigación sobre el contexto socioeconómico de los menores de 17 años desarrollado por el Observatorio de la Deuda Social de esa universidad.
“El esfuerzo de los hogares y la cobertura de las políticas públicas han tenido un papel crucial en la mitigación de la pobreza, pero persisten desafíos estructurales en la economía que requieren atención, y que ejercen un fuerte impacto en las estructuras de oportunidades de los hogares y sus miembros niños, niñas y adolescentes”, describe el informe sobre la situación de las familias y las dificultades para el acceso a una canasta básica.
La cifra de pobreza infantil registrada por la UCA es “la más alta desde el 2010”, aseguraron los responsables del estudio al señalar que “desde el 2020, las transferencias de ingresos no contributivas, entre la que se encuentra la Asignación Universal por Hijo (AUH), alcanzaron a más del 44%” de ese conjunto, lo que demuestra que de retirarse la asistencia del Estado las cifras serían muy superiores”.
Como señala la investigación “desde 2011 hasta 2023 se observa un aumento constante en la proporción de hogares y personas con dificultades para acceder a una canasta básica alimentaria o total, con un incremento más pronunciado en la pobreza”.
“El esfuerzo de los hogares y la cobertura de las políticas públicas han tenido un papel crucial en la mitigación de la pobreza, pero persisten desafíos estructurales en la economía que requieren atención, y que ejercen un fuerte impacto en las estructuras de oportunidades de los hogares y sus miembros niños, niñas y adolescentes”, agregan desde el Barómetro de la Deuda Social.
DERECHOS VULNERADOS
Para realizar la medición de la pobreza, los responsables del estudio aplicaron un criterio multidimensional que fija un doble umbral de carencias, uno total y otro severo en base a seis dimensiones de derechos: alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información y estimulación/educación.
De ello se desprende que el 56,3% de los niños y adolescentes estuvo en la pobreza multidimensional en 2023 en base al umbral total. Es decir, carecen de al menos una privación de los mencionados derechos. Por su parte, el 16,1% padece pobreza multidimensional en niveles severos.
En base a las variables mencionadas, el estudio muestra que el 32,2% de los niños y adolescentes en la Argentina actual sufren inseguridad alimentaria; el 55,8% no cuenta con obra social, mutual ni prepaga por lo que dependen exclusivamente del sistema estatal de salud para recibir atención médica; un 39,5% padece déficit de servicios básicos en su vivienda (acceso a agua corriente o red cloacal).
Entre los niños argentinos que tienen de 5 a 17 años, el 17,8% no accede a Internet, el 24,4% no lo usa, el 51,1% no tiene celular y el 54,7% vive en hogares sin computadora, según la investigación.
El informe también señala que “el 23% de los niños/as de 3 a 5 años se encuentran no escolarizados; y que el 82,6% de chicos entre 6 y 17 años asiste a una escuela de gestión estatal.
DIVERGENCIA CON EL INDEC
El estudio de la Universidad Católica Argentina compara también sus hallazgos con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que mide la pobreza infantil en el rango de 0 a 14 años, lo que implica una metodología diferente.
Según el INDEC, en el segundo semestre de 2023, la pobreza infantil alcanzaba al 58,4% de la población comprendida en ese rango de edad; por lo que las diferencias entre las cifras de ambos estudios pueden atribuirse a los criterios etarios utilizados para medir la pobreza.
En cualquier caso, un punto en común es el impacto de la pandemia de Covid en los indicadores socioeconómicos, reflejando una exacerbación en las dificultades existentes. El informe señala que, aunque se observaron algunas mejoras en 2023, el camino hacia una recuperación completa es aún incierto.
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