Adiós a Alain Delon: el magnetismo de una “belleza infernal”

Más que un galán, se fue ayer una leyenda del cine francés. Tenía 88 años, atravesaba una enfermedad y se había retirado de la actuación hacía más de dos décadas. Sus últimos días fueron entre escándalos familiares

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Se fue Alain Delon, el ícono más grande del cine francés: a los 88 años, y tras una larga carrera empañada por la enfermedad y las desaveniencias familiares en el ocaso de su vida, murió una estrella que fue más que un actor, más que un galán. Más que una mirada que alcanzaba sola para llenar la pantalla: una presencia, que como consideró la ahora última leyenda viva del cine francés, Brigitte Bardot, “deja con su muerte un vacío abismal que nada ni nadie podría llenar”.

Delon, que participó en más de un centenar de películas desde su irrupción en la gran pantalla en 1957 de la mano de Yves Allégret, era un instintivo genial. Se enorgullecía de no haber trabajado nunca su técnica y de apoyarse en su carisma, una mezcla única de belleza incandescente y frialdad quebradiza.

“No es un actor normal, Alain Delon. Es un objeto de deseo. Ni siquiera es sexy, ni masculino, ni femenino: es una belleza infernal”, destacaba el actor Vincent Lindon en un documental en 2012.

Ese magnetismo fue oro para los cineastas y muchas de sus películas son monumentos del séptimo arte, entre ellas, “A pleno sol” de René Clément (1960), que le dio una aura internacional, “Rocco y sus hermanos” (1960), “El gatopardo” (1963) del italiano Luchino Visconti, o “La piscina” de Jacques Deray (1969). En esta película, Delon actúa junto a quien formó durante años una pareja glamurosa, Romy Schneider.

Pero el cineasta más importante en su carrera fue Jean-Pierre Melville, quien lo dirigió en clásicos como “El samurái” (1967) y “El círculo rojo” (1970). Estos roles definieron el mito de Delon, que explotaría en numerosos otras películas policíacas más tarde: el hombre de honor viril y silencioso, obligado a luchar solo contra fuerzas que lo superan.

Este personaje arquetípico inspiraría a directores de todo el mundo, como el hongkonés John Woo o el estadounidense Quentin Tarantino, a pesar de que el francés nunca se destacó en Hollywood.

Delon era idolatrado en Francia, pero a menudo fue criticado y considerado antipático. Fue amigo del líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen, y en repetidas ocasiones se mostró a favor de la pena de muerte o en contra de la homosexualidad, a la que calificó de “antinatural”. Nostálgico de los años del general Charles De Gaulle, también era objeto de burlas por su ego y su costumbre de hablar de sí mismo en tercera persona.

Rebelde, arrogante, solitario pero dueño de un magnetismo imposible de concebir, Delon fue protagonista de casi un centenar de películas. “Sólo me faltó hacer el papel de Cristo. Ahora ya es un poco tarde”, declaró al final de su carrera este actor disciplinado que tuvo el talento de someterse a las órdenes de los más grandes.

Ayer, las imágenes tras su muerte eran, como no, de película: a la entrada de su finca en Douchy, donde vivió sus últimos años y donde quería ser enterrado, varios admiradores acudieron el domingo a depositar flores y se declaraban “muy tristes”, mientras sonaban unas notas de acordeón. Era “Titi el acordeonista”, quien, cubierto con un sombrero blanco, dijo haber conocido hace años a Delon y que este le pidió que fuera a tocar frente a su casa el día de su muerte.

LOS AMORES Y LOS ESCÁNDALOS

Delon fue el hombre ideal de muchas mujeres y el compañero, durante un tiempo, de grandes. “Fue en ellas, en la mirada de mi primera mujer, Nathalie, y en las de Romy (Schneider), Mireille (Darc) o la madre de mis hijos (Rosalie van Breemen), que hallé la motivación para ser lo que he sido, para hacer lo que debía hacer”, decía Delon. Sin las mujeres y las actrices, ya sea en asuntos de amor, amistad o familia, habría sido, según sus propias palabras, solo “la sombra del actor y del hombre” que fue.

“A mí nunca me había pasado por la cabeza ser actor. Entré en la profesión y continué actuando por las mujeres y para las mujeres”, afirmó a los 87 años en el prefacio de “Alain Delon, Amores y Memorias”.

La lista de nombres femeninos en ese libro es larga: su primer romance público fue con Romy Schneider, a quien conoció durante el rodaje de “Christine” (1958). Al año siguiente se comprometieron. Él tenía 23 años, ella 20. Durante cinco años fueron amantes “terribles” y “magníficos”. Pero en 1964, el actor dejó a Romy para irse con Francine Canovas (conocida profesionalmente como Nathalie Delon), con quien se casó (su único matrimonio) y con quien tuvo un hijo, Anthony, nacido ese mismo año.

Se conocen también sus relaciones con la cantante Dalida, con Maddly Bamy (futura compañera de Jacques Brel) y Nico, que tocaba en la banda Velvet Underground. El hijo de Nico, Ari Boulogne (nacido en 1962 y fallecido en 2023) afirmó durante toda su vida ser hijo de Delon. Una paternidad que nunca fue reconocida por el actor.

Luego Alain Delon compartió su vida con Mireille Darc desde 1968. “Ambos sufrimos un verdadero fracaso, no pude tener hijos”, confesó ella. ”Ella fue la mujer de mi vida” y, “sin ella, yo también podría irme”, dijo Delon tras la muerte de su excompañera en 2017.

Sin embargo, aquella relación se terminó en 1983. Después de un romance con la actriz Anne Parillaud, Delon vivió, desde finales de la década de 1980 hasta 2001 con la neerlandesa Rosalie Van Breemen. La pareja tuvo dos hijos en 1990 y 1994, Anouchka (su favorita, a menudo descrita como la “mujer de su vida”) y Alain-Fabien.

Pasados los 80 años, Alain Delon se retiró a su propiedad en Douchy junto a Hiromi Rollin, presentada como su dama de compañía pero que se describía a sí misma como su pareja. Hasta que los hijos del actor la expulsaron en el verano de 2023, acusándola de maltrato.

Comenzó allí otra historia: meses después de acusar a Rollin, esos tres hijos se acusaron también mutuamente de desatender al patriarca, que había sufrido un derrame cerebral años atrás.

Su último fulgor como estrella del cine había sido en mayo de 2019, cuando recibió en Cannes una Palma de Oro honoraria. “Es un poco un homenaje póstumo, mientras aún estoy vivo”, comentó el actor, emocionado. Pero las feministas lo consideraban “racista, homófobo y misógino”, según el panfleto que circuló en aquella ocasión.

“¿Dije alguna vez que había abofeteado a una mujer? Sí. Y debería haber añadido que he recibido más bofetadas de las que he dado. En mi vida nunca he acosado a una mujer”, se defendió Delon.

 

Los adioses

 

Alain Delon prestó su rostro inolvidable para sacudir nuestras vidas”

Emmanuel Macron,
presidente de Francia

 

Su muerte deja un vacío abismal que nada ni nadie podría llenar”

Brigitte Bardot,
leyenda del cine francés

 

No jugaba a ser divino, era naturalmente bello. Su belleza era tan arrebatadora... Creo que es uno de los hombres más lindos que he visto en mi vida, junto con Paul Newman”

Nacha Guevara,
amiga

 

Alain, un día me dijo que echaba de menos a mi padre, y hoy es a usted a quien vamos a echar enormemente de menos”

Paul Belmondo,
actor francés

 

 

 

Alain Delon

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