Abejas guardianas en la ribera platense: investigadoras de la UNLP salen al rescate de la flora apícola
| 14 de Septiembre de 2024 | 19:11

La ribera platense, un refugio de biodiversidad en las afueras de la ciudad, es un hábitat esencial para la apicultura y la conservación de la flora prístina. Por eso es que cada año, a mediados de agosto, apicultores locales y de otras zonas de la provincia de Buenos Aires llevan hasta allí sus colmenas para alimentar a las abejas con el polen y néctar de su flora. Sin embargo, diferentes actividades humanas, sumadas a la creciente demanda de colmenas, ponen en riesgo la sostenibilidad del servicio ecosistémico que proporciona este monte. Las abejas, que cumplen un rol muy importante a través de la polinización, esencial para los ecosistemas naturales y agrícolas, se enfrentan a una amenaza cada vez mayor debido a la expansión de las zonas urbanas y a prácticas inadecuadas de uso del espacio natural.
En este contexto, un equipo del Laboratorio de Estudios de Anatomía Vegetal Evolutiva y Sistemática (LEAVES) de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabaja desde hace años estudiando la flora de humedales, asesorando e intercambiando saberes con los apicultores de la zona. Encabezado por la Dra. Lilian M. Passarelli, la Lic. Ana Clara Dedomenici (personal además del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires) y la Dra. Graciela E. González, este grupo de docentes investigadoras y colaboradores se ocupa además de realizar la tipificación de las mieles, es decir que las clasifican en base a las flores que aportan el néctar y analizan el polen granulado obtenido de las colmenas. También se encargan de explorar la contribución de las abejas a la polinización de especies naturales y cultivos, lo que permite evaluar la importancia de estos insectos en la producción agrícola y la conservación de la biodiversidad.
“La intención es identificar las plantas más representativas en las mieles y en el polen recolectado por las abejas para desarrollar una actividad de recuperación y valoración de la flora del lugar para su conservación, lo que redundará además en un aporte económico para la comunidad local”, explica la Dra. Passarelli.
“La apicultura es una actividad fundamental para la economía argentina, siendo nuestro país uno de los principales productores de miel a nivel mundial, con una producción muy variada que abastece al consumo local y se exporta. Dependiendo de la región y del tipo de flora, se presentan mieles oscuras con mayor cantidad de minerales y polifenoles (un grupo de sustancias presentes en las plantas con una alta capacidad antioxidante y con efectos positivos para la salud), mieles ámbar y también blancas”, agrega la bióloga de la FCNyM y compara: “En otros países, principalmente europeos y del norte de América, las mieles están diferenciadas en las góndolas por su origen botánico. En Argentina, lentamente los paladares se vuelven más exigentes y en los últimos años el público comienza a decidir según su gusto entre miel de pradera, de bosque o monofloras de Eucalyptus, citrus o girasol entre otras”.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, subraya Passarelli, “las mieles tienen una excelente calidad, con exquisitos aromas, delicadas texturas y olores”, mientras que en la Región “se destaca la producción de miel de Lotus, una planta herbácea fácilmente distinguible, que crece en forma de manto amarillo durante la primavera y el verano, con un suave sabor, aroma floral y la particularidad de ser monoflora. Es decir que está constituida principalmente por el néctar de esta planta”.
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