Diversidad genética: cayó en más de 600 especies

Esto dificulta la adaptación a los cambios ambientales y acentúa vulnerabilidades, aún entre poblaciones de animales y plantas que no se consideran en riesgo

Edición Impresa

Dos tercios de las poblaciones de animales y plantas están perdiendo diversidad genética, lo que dificulta su adaptación a los cambios ambientales, según una investigación publicada ayer.

Mucho antes de que una especie desaparece, la población se vuelve más pequeña y fragmentada, reduciendo el número de posibles parejas y, por lo tanto, la mezcla genética. Esto deja a la especie más vulnerable a futuras amenazas como enfermedades.

“Una tendencia sorprendente fue que vimos disminuir la diversidad genética incluso entre” muchas especies que no se consideran en riesgo, explicó la coautora Catherine Grueber, bióloga de conservación en la Universidad de Sídney.

Los investigadores examinaron datos de 628 especies estudiadas entre 1985 y 2019. Las mayores pérdidas de variación genética se observaron en aves y mamíferos.

Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature.

Diversidad y vulnerabilidad

“Cuando una especie tiene diferentes soluciones genéticas, está mejor preparada para lidiar con los cambios”, indicó David Nogués-Bravo en la Universidad de Copenhague, quien no participó en el estudio.

Si una nueva enfermedad se propaga a través de una población o el cambio climático altera las lluvias, algunos individuos se adaptarán mejor que otros, en parte debido a sus genes. Una mayor diversidad genética también significa que hay una mayor posibilidad de supervivencia de una especie.

Los esfuerzos de conservación para conectar poblaciones aisladas -básicamente expandiendo el grupo de apareamiento para una especie en particular- pueden ayudar a mantener o incluso restaurar la diversidad genética.

Las panteras de Florida son una especie en peligro de extinción que ha perdido hábitat debido a autopistas y la expansión urbana. Para mediados de los ‘90, los grandes felinos restantes en el sur de Florida mostraban claros signos de endogamia, con colas torcidas y bajos conteos de esperma en los machos. Los biólogos trajeron ocho hembras de pantera de Texas a Florida. Veinte años después, el número de panteras de Florida en estado salvaje creció significativamente y la diversidad genética aumentó.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE