Cinco claves a tener en cuenta para evitar dramas severos

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Cambios en el estado de ánimo: observar si presenta tristeza persistente, irritabilidad o apatía.

Variaciones en el rendimiento escolar y en las relaciones sociales: prestar atención a dificultades de concentración o pérdida de interés.

Alteraciones en los patrones de sueño y alimentación: detectar insomnio o sueño excesivo, y modificaciones en el apetito.

Retraimiento y aislamiento social: estar alerta si se muestra reacio a participar en actividades que antes disfrutaba o evita el contacto con su entorno.

Conductas autolesivas o cambios en la autoimagen: observar expresiones de baja autoestima, o comentarios negativos recurrentes sobre sí mismo.

 

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