Ademanes peculiares y protocolo desvalorizado

El funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro fue un evento solemne que, sin embargo, estuvo marcado por controversias: desde la vestimenta de algunos líderes hasta ademanes inapropiados y presencias sorprendentes.

Uno de los temas más comentados fue la elección de vestimenta de varios dignatarios, en particular la de Donald Trump. El presidente estadounidense fue acusado de romper el protocolo establecido, que dictaba que los hombres debían portar un traje oscuro, corbata negra larga y camisa blanca. Sin embargo, apareció con un traje y corbata azules, lo que muchos interpretaron como una “falta de respeto”. Uno de los críticos en redes sociales expresó: “Trump ni siquiera tuvo la decencia de usar una corbata negra, y además llevó un traje azul. ¡¡Una falta de respeto!!”.

Melania Trump también fue objeto de críticas. Ella eligió un elegante abrigo negro con un velo de encaje y guantes, pero rompió el dress code al no usar medias oscuras, lo que algunos consideraron un “desliz inapropiado”.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky -en lugar de su habitual uniforme militar- se vistió completamente de negro, con una chaqueta y una camisa sin corbata, lo que generó reacciones divididas. Algunos vieron en su elección un “gesto de respeto”, mientras que otros lo interpretaron como una ruptura del código no solo en cuanto a vestimenta, sino también como “una forma de marcar su identidad frente a los demás líderes presentes”. En contraste, el expresidente norteamericano Joe Biden, quien se apegó al protocolo, optó por una corbata azul, aunque tampoco pasó desapercibido.

La reina Matilde de Bélgica, al igual que en el funeral de Juan Pablo II, lució un collar de perlas que había sido objeto de controversia en el pasado. Su elección reavivó el debate y algunos usuarios marcaron lo “horroroso” del accesorio, a la vez que cuestionaron la falta de sensibilidad de la monarca.

El presidente Emmanuel Macron, criticado en días previos por izar las banderas a media asta en honor a Francisco, fue captado al inclinarse frente al féretro del pontífice. Este gesto se interpretó por algunos como un desafío al principio de laicidad que rige en el Estado francés.

Finalmente, un gesto inesperado que acaparó titulares fue la presencia de Julian Assange y su familia en el funeral. El fundador de WikiLeaks, liberado en 2024 tras un acuerdo con las autoridades estadounidenses, viajó a Roma para rendir homenaje a Francisco, quien lo había apoyado durante su persecución judicial.

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