Cuando se imaginan futuros inquietantes

Edición Impresa

En los últimos años, escritores y escritoras del país han desarrollado narrativas donde el colapso de las instituciones, el control de la información y la lucha por la supervivencia son temas recurrentes.

Uno de los exponentes más recientes de este género es Brasil del Sur, de Pablo Plotkin, una novela que imagina a Buenos Aires convertida en la capital administrativa de un nuevo país tras un colapso político y económico. En un tono similar, Las pasiones alegres, de Pablo Farrés, introduce una sociedad donde una inteligencia artificial manipula los recuerdos de las personas, generando una realidad moldeada a conveniencia de quienes ostentan el poder. Ambas novelas presentan un mundo donde la tecnología, en lugar de ser liberadora, es un instrumento de dominio y control.

La escritora Angélica Gorodischer, una de las grandes referentes de la ciencia ficción argentina, ofrece en Opus Dos una visión de un futuro en el que Buenos Aires se ha convertido en un sitio arqueológico tras una catástrofe planetaria. La novela explora la reconstrucción de una humanidad fragmentada y la lucha por preservar la memoria de un mundo que ya no existe. Por su parte, In extremis, de Juan José Oppizzi, plantea una historia de supervivencia en un escenario postapocalíptico donde los pocos humanos que quedan deben encontrar sentido a su existencia en medio del desastre.

Otra de las propuestas recientes dentro del género es La posibilidad de lo imposible, de Mónica Wengrowicz, que reúne dos relatos sobre sociedades que transitan de la utopía a la distopía. La autora reflexiona sobre el fracaso de los ideales y la pasividad social ante la degradación de los sistemas. Sin embargo, quizá la novela distópica argentina más impactante de los últimos años sea Cadáver exquisito, de Agustina Bazterrica, que narra un mundo donde el consumo de carne humana es legal y socialmente aceptado. Con una crudeza extrema, la autora expone los horrores de un sistema basado en la explotación y el desprecio por la vida humana.

 

 

distopías argentinas

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE