Embarazo adolescente: una realidad alarmante en la Ciudad

En uno de cada diez nacimientos en el sistema público las madres son menores de 20 años

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Según el último registro de la Dirección Provincial de Estadística Sanitaria, en 2023 se registraron más de 650 partos de madres adolescentes de entre 10 y 19 años, lo que representa el 10,5% del total de nacimientos en el sistema público de la ciudad de La Plata. Estas cifras, señalan los especialistas, encienden la alarma sobre una tendencia que se mantiene constante hasta hoy sobre embarazos no planificados y muestra, entre otros, un fenómeno de desigualdad socioeconómica en zonas críticas de la Región.

Los datos de la radiografía nacional de embarazo adolescente siguen siendo una de las principales problemáticas en la salud pública. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el 70% de los embarazos en menores de 20 años no fueron buscados. En tanto, el informe de la Dirección Provincial de Estadística Sanitaria, da cuenta de un panorama similar y creciente: uno de cada diez nacimientos corresponde a madres menores.

“En realidad, el incremento relativo de embarazos adolescentes no se ve reflejado en un número absoluto. Es decir, no se incrementó desde el 2023 pero se mantienen cifras elevadas en una etapa de la vida en que, en estos tiempos, los esfuerzos deben abocarse a continuar con el crecimiento físico, psíquico y social, y no a vigilar y velar por la vida de otro ser”, explicó Silvia Ferroni, médica especialista en ginecología y obstetricia y ex presidenta de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de La Plata (SOGLAP).

En un contexto donde la tasa de natalidad tuvo una caída significativa del 40% durante la última década, con una reducción notable en el número de hijos por cada mujer, Ferroni señaló: “Si bien se ve un descenso en donde en 2014 nacieron 770.000 bebés, contra los 425.000 de 2024, lo que vemos en la práctica son embarazos en extremos: en mujeres de menos de 20 y de más de 35 años, una realidad que en años anteriores era casi excepcional”.

En este sentido, dentro de los factores clave se destacan el acceso desigual a métodos anticonceptivos y la falta de información. “A pesar de que haya un alcance público a formas de cuidado sexual femeninos y masculinos, una modificación del código civil que permite a adolescentes acceder al sistema de salud sin la necesidad de un adulto ´responsable´ y un acceso cercano a la interrupción voluntaria del embarazo, el Embarazo No Intencional Adolescente (ENIA) sigue siendo un problema grave en la salud pública. Por lo que la educación de las familias y la escuela con la ESI (Educación Sexual Integral) son muy importantes”, remarcó la doctora.

En los hospitales y centros de salud de La Plata, se ofrecen de forma gratuita anticonceptivos orales, inyectables, preservativos, DIU y el implante hormonal. Sin embargo, la demanda espontánea todavía no es una práctica extendida y muchas adolescentes acceden tarde o no logran sostener un método en el tiempo.

Otro reciente estudio conocido como “Estudio Lucía”, realizado en 2024 a más de 2.000 mujeres de todo el país, permitió actualizar los datos sobre el uso de anticonceptivos, en donde el preservativo fue el más elegido por el 39% y las pastillas anticonceptivas por el 34%.

No obstante, los métodos de larga duración como el implante subdérmico (11%) y el DIU aún no alcanzan un uso masivo, a pesar de su efectividad y de estar disponibles de forma gratuita en el sistema público.

“La situación de los adolescentes es un poco alarmante. El uso de los métodos anticonceptivos a nivel hospitalario y salas periféricas, ya se hace a partir de los 14. Ahí, los padres, autorizan el chip como anticonceptivo a las chicas para frenar los embarazos adolescentes. Esta diferencia se ve mayormente en los hospitales en donde uno atiende pacientes de situación socioeconómica más baja que la que hay en un consultorio privado”, expresó Pablo Galán, médico especialista en clínica pediátrica.

Asimismo, los datos del “Estudio Lucía” indican que el 27% de las adolescentes de entre 15 y 19 años ya utiliza estos “implantes subcutáneos”, pero aún persisten barreras culturales, de información y de atención sanitaria, especialmente en los sectores más vulnerables.

“En los barrios más vulnerables de la Ciudad, es absolutamente común que pase esta situación con niñas de 13,14 y 15 años. Más allá, si se da o no la educación sexual en la familia o en la escuela, lo que hace falta es una política de Estado que se acerque al territorio”, sumó Pablo Pérez, coordinador general de La Plata Solidaria. Y agregó: “Si bien en los hospitales existe el reparto de métodos anticonceptivos, las unidades sanitarias no están equipadas porque no hay insumos y esas son las que están en los barrios. Ningún pibe del fondo de Villa Alba, El Mercadito o Los Hornos se va a acercar a un hospital y en muchos casos los clubes son los que terminan trabajando sobre estos temas”.

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