“División Palermo”: vuelve la brigada de los descastados

El jueves llega a Netflix la esperada segunda temporada de la comedia sobre la guardia urbana palermitana e inclusiva encabezada por Santiago Korovsky

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

“La serie se queda corta en reflejar lo que nos pasa. Es difícil parodiar la realidad”, se ríe Martín Garabal, uno de los autores de “División Palermo”, la creación de Santiago Korovsky que, tras el éxito de la primera parte, de 2023, estrena su segunda temporada el jueves en Netflix. Y Korovsky coincide: “La realidad va más allá de la ficción: en el país, y en el mundo, las cosas son un poco más absurdas”, dice, en diálogo con EL DIA.

La nueva tanda de episodios, de hecho, incluye escenas que hoy parecen tímidas al lado de la realidad: en una, la Jefa de la Ciudad (una especie de Bullrich, mano dura y responsable de la guardia urbana palermitana e inclusiva que protagoniza la serie) insulta a Edgardo, el personaje de Facundo Bogarín, un guardia urbano ciego. Y se desata un pequeño escandalete político. La escena fue escrita ya hace dos años: hoy el Presidente utiliza la discapacidad como un insulto mientras amenaza con vetar la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Pero, advierte Garabal, “la serie atraviesa diagonalmente la realidad: no nos interesa retratar literalmente ningún contexto concreto, ningún político concreto”. “División Palermo” es, ante todo, agrega, una historia sobre “el uso que hace la política de la inclusión para limpiar imagen”.

La inclusión fue durante un tiempo breve palabra santa: bastaba con evocarla para que nada se pudiera decir ni criticar. La política aprovechó ese efecto y la utilizó en sus discursos, no tanto en sus acciones. La serie de Netflix parodió esa inclusión superficial, artificial, y ya que estaba al filo de la corrección política, ya que estaba metiendo el dedo en la llaga, decidió de paso hacer los chistes que nadie hacía: chistes de minorías sobre minorías.

Desde el autoconsciente juego con ese prejuicio que dice que “todos los chinos, judíos, etc. son iguales” (Martín Piroyansky aparece en la serie como un segundo judío, doble del personaje de Korovsky, Felipe: “No sabemos por qué la gente nos confunde todo el tiempo”, dice el actor y director) a bromas sobre la ceguera o la lástima que la gente expresa sobre las personas con discapacidad, los chistes desfilan cáusticos y desarman prejuicios también en esta segunda temporada. Acompañados, además, por una saludable dosis de sexo entre personas con discapacidad, “una especie de tabú” en la pantalla, dice Korovsky.

No hay posibilidad de ofender, además, porque la serie (mejor que la guardia protagonista) es verdaderamente inclusiva, con actores con discapacidad en pantalla y asesores del otro lado de las cámaras involucrados. “Conociéndolos a ellos, y juntándonos con los actores, escuchando sus ideas, escuchando de qué se ríen ellos, escribimos eso”, cuenta Korovsky. “Lo demás se acomoda en los ensayos, y en edición: los chistes que quedan forzados vuelan. Pero ya no hay chistes que consideremos ofensivos: atraviesan un filtro previo y, además, creo que somos más tímidos que otra cosa, los propios actores nos impulsan a ir más al límite. Al principio nos autocensurábamos mucho y ellos traían la rebeldía”.

 

En la serie, desde el principio, sabíamos que ningún personaje podía ser solo su discapacidad”

Santiago Korovsky
Director y actor

 

OTRA MIRADA

A través de ese humor, desde la comedia, “División Palermo” así deconstruye la habitual representación de las minorías, en particular de las discapacidades, en la ficción argentina: no son seres de luz, tampoco hay una mirada miserabilista. Y tampoco burla.

“En mi vida personal, siempre me manejé igual con todo el mundo”, dice al respecto Garabal. “Lo cual puede ser un defecto. Mi viejo, psicólogo, me decía que no medía el interlocutor: le hacía el mismo chiste a mi viejo, a mi abuela, a un amigo, a alguien aleatorio. Pero es que a mi no me gusta infantilizar, o la discriminación positiva: es una manera de subestimar, pensar que porque una persona tiene una discapacidad no se ríe de estupideces, y no puede reírse de sí mismo, que es distinto a burlarse. La risa, en ese sentido, es inclusiva”.

Y sigue: “Me parece bueno sacar a la discapacidad del lugar de la burla, del remate del chiste: no somos los primeros en hacerlo, pero quizás por el alcance que tuvo la serie se hizo masivo. Ese es un buen legado: ojalá se haga tanto que ya no sea tema de conversación, una característica distintiva”.

“En la serie, desde el principio, sabíamos que ningún personaje podía ser su discapacidad, no podía haber personajes cuya característica fuera ser ciego, o de talla baja, y punto”, agrega Korovsky. “Era importante que la minoría a la que pertenecen no sea lo central”.

 

La risa es refugio, y es la manera de entender lo que nos pasa”

Martín Garabal
Actor

 

Así, y más en esta segunda temporada, cada personaje tiene su propio arco: no son su discapacidad. “Felipe, el protagonista, tiene su trama propia, alejado de la guardia, y corríamos el riesgo de que se desdibujen los arcos de los otros personajes”, cuenta Garabal. “Pero siendo menos capítulos y más personajes, conseguimos que todos tengan su evolución. La temporada pasada había algunos personajes que tenían su arco, pero otros no, ocupaban un espacio de ‘running gag’: ahora se armó algo más coral”.

Así, con una trama principal que sigue a Felipe ahora como agente de inteligencia bastante torpe (pero con la suerte de los que caen hacia arriba, aunque recibe varios golpes en la temporada), y una trama B que incluye inteligencia artificial y varios de las líneas que quedaron sin cerrar en la primera parte, vuelve “División Palermo” tras el furor que causó su estreno.

“En la primera no había ninguna expectativa, era algo totalmente desconocido. Y ahora… bueno, hay cierta presión”, dice nervioso Korovsky. “Antes no había afiches, ahora hay muchos afiches. Ahora le tiene que ir bien sí o sí”.

Garabal confía porque, dice, es un buen momento para hacer comedia: “La risa es refugio, y es la manera de entender lo que nos pasa. Y es un factor unificador. Siempre entendí la risa como algo que nos ayuda a elaborar lo que nos da miedo a nosotros, y lo que nos da miedo de los demás, de la sociedad. Y es la única manera de atravesar algunas cosas: dicen que es mejor reír que llorar y creo que la serie cumple esa función. Y creo que por eso las comedias están siendo, en este momento, muy bien recibidas en Argentina. Es un desahogo necesario”.

División Palermo

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