Marcar más y mejor será el retoque en lo inmediato

Sin dramatizar, ni caer en el facilismo de criticar absolutamente todo lo realizado, Gimnasia tiene que aceptar que no hizo un buen partido, especialmente en lo defensivo, y aprovechar los días de entrenamiento para seguir puliendo su funcionamiento colectivo.

Teniendo claro que Lanús, aun con varios suplentes, es un buen equipo, el Lobo sólo pudo imponer su libreto en los últimos veinte minutos del primer tiempo, lapso donde se puso en ventaja con una certera definición de Marcelo Torres y, al mismo tiempo. sembró la ilusión de que podía terminar la jornada con la tercera victoria consecutiva.

Eso no ocurrió por dos situaciones que estuvieron relacionadas. El Granate creció mucho en el complemento y el dueño de casa perdió solidez en la trama del juego.

FALTARON RECURSOS PARA CUIDAR LA VENTAJA QUE HABÍA CONSEGUIDO

Cuando Mauricio Pellegrino recurrió al banco de suplentes para elevar la precisión, lo consiguió de manera evidente.

Gimnasia empezó a sufrir la pesada responsabilidad de tener que cuidar el triunfo parcial. Rápidamente extravió la tenencia casi por completo y sintió en carne propia que el rival se le venía encima con buenos argumentos técnicos.

El gol de Canale ratificó que el escenario había cambiado drásticamente y, sobre ese dominio creciente del huésped, no sorprendió que llegará el segundo tanto.

LOSADA EVITÓ EL EMPATE DE UN EQUIPO TODAVÍA EN FORMACIÓN

La planilla titular albiazul está en pleno proceso de definición y así lo viene demostrando el DT, que esta vez prefirió no tocar la alineación que había festejado mucho en Mendoza.

La llamativa extensión del plantel permite y obliga (las dos cosas) a Orfila tener muy corta la mecha de la paciencia.

La tarde de presentación para Juan José Pérez y para Sebastián Lomónaco quedó lejos del ideal, pero deja un mensaje claro: no hay titularidades eternas, sólo habrá ratificaciones de confianza para quienes las merezcan por lo realizado en la cancha.

Gimnasia podría haber empatado en alguna de las dos situaciones de gol donde Nahuel Losada tuvo un nivel de eficacia decisivo, pero el balance general de su rendimiento no conformó.

Si el condimento fundamental de la identidad que pretende Orfila pasa por la dureza defensiva, deberá evaluar seriamente algunos retoques. Su equipo tiene que marcar más y mejor y allí aparecen señalados por la crítica el zaguero Giampaoli y los mediocampistas Seoane y Garayalde.

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