“Cuando pinto, la que pinta es el alma...”

Cristina Bellone, la intimidad creativa de la pintora platense que ahora expondrá hasta fines de agosto en el Beato Angélico. El oficio adquirido por una creadora rica en sutilezas

Edición Impresa

Marcelo Ortale

marhila2003@yahoo.com.ar

“Cuando estoy frente a la tela todavía blanca, es donde me encuentro más cómoda...Allí siento que estoy en mi mundo. Y cuánto más difícil de componer se presenta la obra, más fascinante y atractiva me resulta... A veces cuando empiezo, siento que la que pinta es el alma...”.

La pintora platense Cristina Bellone había demorado algunos segundos en responder que es lo que sentía cuando acercaba el pincel sobre la tela y comenzaba a dialogar con óleos y acrílicos para darle vida a un cuadro. Después sonrió y contestó así. Y por lo que contará después se verá que esas definiciones son ciertas, son su verdad, su río interior.

Una verdad y una voluntad artísticas que heredó primero de su madre, Aída Goldenberg, escultura platense que entre otras obras hace décadas dejó en el Hospital Policlínico de La Plata (luego Instituto San Martín) la estatua “La Maternidad, al ganar el primer premio del concurso realizado.

Bellone viajó por muchos países y expuso allí sus obras. “En 2016 me fue muy bien en una exposición en Lugano, Suiza. Se vendieron todos los cuadros que expuse”, rememoró. Sus cuadros se presentaron en exposiciones realizadas en Japón, España, Italia, Estados Unidos, Polonia, Uruguay y Brasil, entre otros países.

Dice también que el amor al arte le llegó casi como mandato de su abuela Clara: “Nosotros teníamos seis u ocho años, ella nos prestaba libros de arte y nos hizo estudiar pintura, además de llevarnos varias veces a una conocida galería en la calle Florida”.

En esa galería, siendo una niña, vio en exposición un cuadro del pintor argentino Miguel Diomede, nacido en el barrio de La Boca en 1902. Y cuenta que esa imagen le quedó grabada hasta hoy, porque fue como su primera y más fuerte inspiración. Lo cierto es que, pese a su condición de autodidacta, Diomede terminó reconocido como gran figura de la pintura, tanto en el orden nacional como internacional. El arte de Diomede se caracterizó por la escasez de elementos, por sus pinceladas cortas.

“Eso me impresionó siempre de Diomede. No era un miniaturista pero yo veía como que retaceaba los óleos... Y después me enteré que lo hacía porque no tenía dinero para comprar pinturas Forma parte de mis pintores preferidos, tanto argentinos como internacionales, entre los que están Marc Chagall, Gustav Klimt, Miguel Diomede y Carlos Cañás”, comentó Bellone.

LA EXPOSICIÓN

El próximo 8 de agosto y hasta el fin de este mes se encontrará expuesta en el Museo Beato Angélico de la Ciudad una exposición con unos diez cuadros pintados últimamente por ella. Lo cierto es que el museo-galería, ubicado en 47 entre 16 y diagonal 73, se ha convertido en uno de los centros culturales más dinámicos y concurridos de la Ciudad.

“Los cuadros de Bellone que expondremos son óleos de dimensión importante, digamos de un metro o algo más de lado y hemos destinado la sala central, la Raúl Soldi, para exponer esas valiosas pinturas”, dijo Walter Di Santo, director del Beato Angélico.

Di Santo es pintor, profesor en artes plásticas en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, curador de arte, gestor cultural y, además, como escribano y abogado es secretario de Extensión en la Universidad Católica de La Plata (UCALP).

Ya sea como curador de un centenar de exposiciones de arte o como profesor y crítico, su visión es referencial y esto dijo sobre Cristina Bellone: “Es una artista que, con una sutileza enorme, hace que su alma trascienda en su obra, mediante el uso de colores saturados de espiritualidad. En estos cuadros que vamos a exponer en el Beato Angélico, ha jugado más con lo abstracto, aunque ya lo venía haciendo desde hace un tiempo”.

Después de su encantamiento con un cuadro de Diomede, ella decidió estudiar pintura y lo hizo primero con el platense Carlos Pacheco, durante algo más de un año, para tomar luego tomar clases, durante casi cuatro años con el pintor Carlos Cañás, algo que la obligó a viajar hasta el barrio de la Boca en donde tenía su estudio ese gran maestro de la pintura argentina.

La platense Cristina Bellone viajó por muchos países y expuso allí sus obras

En cuando al cuidado que toma con sus pinceles, telas y pinturas, ella dice que las herramientas del pintor “son sagradas” y que “lo son porque una al final tiene pinceles amigos y pinceles que no son tan amigos... A mí me parece que es como la amistad con la gente, que es o no es”.

En su casa taller de la calle 54, Bellone señala que tarda bastante en concluir un cuadro, aún trabajando varias horas por día en la tela. Y no permite que nadie vea la obra que está pintando. “No nos deja acercar ni que miremos por encima de su hombro cuando pinta. Hay que esperar que termine para verlo”, comenta Roberto Luis, su hijo ingeniero.

“Cuando pinto casi siempre escucho música clásica, pero tienen que ser compositores que no lo distraigan a una, que le permitan estar en permanente diálogo con el cuadro. La música debe tener suavidad. Mis preferidos son Brahmns, en primer término. Y Mozart...”. Pero de pronto recuerda que “en una oportunidad me llegó al alma, me inspiró mucho la música de un compositor contemporáneo japonés, cuya composición se llama Yumehi´s Theme”

Sus cuadros se presentaron en Japón, España, Italia, EE UU, Polonia y Brasil

¿Qué es lo que la inspira? “Siempre...siempre...pero siempre la Naturaleza... Por ejemplo las hojas de los plátanos, las flores, las cáscaras de las nueces, cuando uno ve esas maravillas y la perfección de la Naturaleza, más allá de la inspiración, lo primero que pienso es en que no puedo dudar de la existencia de Dios. La religiosidad me enseña que sola no soy capaz de hacer nada y por eso, cuando veo que un cuadro mío no me gusta, lo tapo con pintura blanca...porque no hay aumentar la cantidad de objetos que no reflejan alguna espiritualidad ni arte...Ahí me dedico a despintar”.

MEDIACIONES CULTURALES

Bellone forma parte de un grupo de ocho personas llamado PensArte, convocadas por el MACLA (el museo municipal de Arte Latinoamericano) para que realicen “mediaciones culturales”, consistentes en invitar a grupos de personas mayores o a llevarles pinturas, grabados, esencialmente a los geriátricos. “Allí mostramos las obras, hablamos sobre los artistas, les pedimos opiniones y logramos que esos adultos mayores se interesen. Es algo ciertamente muy positivo”.

Además de Bellone el grupo está integrado por Elsa Revertsat, Graciela Coloccia, Oscar Roldán, Cristina Miranda, Guillermo González Lima, Tito Muñoz y Eduardo Pereyra.

La casa-taller de Bellone, con su jardín al fondo, tiene azulejos coloridos diseñados por ella, empotrados en las paredes que dan hacia ese fondo. En cada uno de ellos hay poemas grabados de sus antecesores, de ella misma, así como citas de escritores famosos (Mark Twain, uno de ellos) y una enorme lista con los nombres de todas las personas que pasaron por esa casa, ya sean familiares, amigos, visitas y figuras de renombre político o cultural . En esas cerámicas maravillosas se puede ver al arte de Bellone abrazado a la historia de su familia y de la Ciudad.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE