Siete horas de ausencia, la clave de un millonario robo en Gonnet

Una pareja salió de su casa en 24 entre 499 y 500 a las 11.30. Al regresar, 18.30, encontró todo revuelto y la desaparición de U$S8.000

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La Plata atraviesa un clima enrarecido, donde la inseguridad se convirtió en tema cotidiano. Las estadísticas oficiales pueden, o no, marcan un sostenimiento del índice de delitos, pero más allá de los números, lo que se percibe en la calle es un miedo constante.

Los vecinos están preocupados, ya que las precauciones nunca alcanzan. Podés ya no salir de noche, cerrar antes de lo habitual un comercio o rodearte de rejas, cámaras y alarmas. También tener perros guardianes y participar de grupos de WhatsApp, pero nada es más duro que la realidad.

Lo acaba de experimentar una pareja de Gonnet, que salió de su casa siete horas. Era de día. Entre las 11.30 y las 18.30. Aunque esa ventana de tiempo resultó suficiente para un golpe demoledor.

La situación se experimenta en distintos barrios, por no decir todos. Allí se repiten las escenas de un drama cotidiano: entraderas, arrebatos, motochorros y asaltos con armas.

En muchos casos, las víctimas son jubilados que viven solos y que, por su vulnerabilidad, se transforman en blanco fácil de los delincuentes.

La asfixia que sienten los platenses no es solo por el hecho delictivo en sí, sino por la sensación de desprotección y por la falta de respuestas claras.

Las comisarías que no responden, la Justicia que avanza con lentitud y un sistema penitenciario saturado alimentan el temor.

La Ciudad que alguna vez se jactó de su trazado perfecto hoy parece inmersa en un laberinto sin salida.

En cada esquina, detrás de cada persiana metálica que se baja con apuro, se esconde la misma pregunta: ¿Quién será la próxima víctima?

Mientras tanto, los reclamos vecinales crecen y se organizan en asambleas y protestas, que buscan poner en agenda lo que nadie puede negar: la inseguridad en La Plata.

Se trata de un flagelo asfixiante y que atraviesa clases sociales y grupos etarios.

En el caso de Gonnet, de acuerdo a la denuncia a la que tuvo acceso este diario, las víctimas se retiraron de su domicilio situado en la calle 24 entre 499 y 500, en el barrio de la República de los Niños, sin pensar lo que les iba a suceder.

Era una salida de compras, al mediodía, la cual se tornó en una verdadera pesadilla.

Según indicaron los voceros, al querer abrir portón corredizo de la construcción a través del control remoto, los dueños se percataron de que no respondía. Por eso la mujer decidió bajarse a ver qué sucedía.

Fue ahí que descubrió que estaba apoyado y abierto, lo que la impulsó a meterse rápido en el inmueble junto al marido.

Demás está decir que, enseguida, quedaron en presencia de una escena devastadora. La de un robo quirúrgico.

Los ladrones se habían metido luego de forzar la puerta balcón que da a un patio trasero y, con tiempo, registraron todas las dependencias del lugar: tres dormitorios y un baño en la planta alta y la cocina, el lavadero, el living, el comedor y otro baño en la planta baja.

Entre los faltantes, se mencionó la suma de ocho mil dólares, joyas y alhajas, aunque no se indicó el tipo y la cantidad.

Los intrusos no tocaron ningún electrodoméstico y tampoco revisaron el sector del quincho.

En principio, de acuerdo a las primeras diligencias de prueba, el ataque habría sido perpetrado por dos delincuentes que vestían ropas deportivas oscuras.

Lo que se intenta ahora determinar es si se trató de un hecho al voleo o con información de la ausencia de las víctimas.

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