Otra madrugada motoquera alteró a distintos barrios

Los motoqueros no dan descanso y ya no hay barrio que zafe de la pesadilla. Ahora, los reclamos se escucharon en la zona de La Granja, desde una esquina -520 y 143- que ya funciona como "apostadero" y desde la cual el pasado jueves el grupo rompió vidrios de viviendas y molestó al vecindario con los estruendos de las motos hasta las cinco de la madrugada.

"La esquina se convirtió en el centro de reunión de estos grupos y los vecinos ya no podemos vivir, porque además de las motos después se agregan los autos con el volumen de la música a pleno. Anoche -por antenoche- llamé al 911 un montón de veces, pero no se acercó ni un patrullero", contó una joven que viene soportando esta forma de divertirse de los motoqueros y que, según denunció, durante la última "movida" sufrió la rotura de los vidrios de la puerta de su casa.

En este caso, "las motos eran como cien", según estimó la vecina, quien añadió un detalle que se habría incorporado como novedad en las últimas "citas" motoqueras. "Además de las motos que van y vienen a toda velocidad se reúnen chicos, de no más de doce años, que se quedan toda la noche observando como espectadores lo que hacen los más grandes. No puedo creer que la Policía no controle eso", agregó.

Los jóvenes que como un "rito" todos los jueves y domingos andan por las calles en bandada con los ruidosos escapes de las motos están llevando al hartazgo a los vecinos, quienes insisten, de manera desesperada, en el pedido a las autoridades para que se ponga freno a esa modalidad nocturna ilegal, vandálica en muchos casos, y que altera la tranquilidad de los hogares.

POR TODOS LADOS

El jueves que pasó, la presencia de los motoqueros irrumpió en todas partes. Esa noche-madrugada en la zona de La Granja las "picadas" y los estruendos de los escapes despertaron a vecinos de varias cuadras: "la 520, desde 25 a 143, fue una pista de motocross; pasaban como una tromba y fue imposible dormir", planteó un frentista que vive sobre la calle 139. Pero también en otros barrios fue una noche de "infierno", como en Villa Elvira, donde en la avenida 1, desde 72 a 80, numerosas motos aceleraron, frenaron, e hicieron sonar los escapes hasta que salió el sol. "Nos asustamos mucho porque esas explosiones parecen tiros", dijo un hombre de esa zona preocupado porque "llamamos al 911, pero no se soluciona el problema; son rodados sin dominio".

Las calles céntricas platenses no escaparon de los motoqueros y como viene ocurriendo hace tiempo volvieron a ser perturbadas por el accionar motoquero.

Como ya no saben de qué manera evitar que el barrio sea escenario de la movida motoquera, en La Granja, al igual que en la zona de 2 y 53 -ver aparte- adoptarán alguna manera de expresar su reclamo. Según adelantó la vecina de 520 y 143, "nos vamos a reunir los vecinos y vamos a ir a la fiscalía para presentar la denuncia, pero lo vamos a hacer a la madrugada, justo en el momento en que las motos nos molestan".